Con la negociación con Rodallega echando humo, el Levante ha solventado este lunes otra de las papeletas que tenía pendientes: Aloys Nong. Como el club se temía, el hecho de que nadie se haya volcado por sus servicios ha acabado obligándolo a rascarse el bolsillo para darle la baja. Y es que la rescisión del camerunés, al que se agradecen los servicios prestados, ya es oficial. Con el hueco que deja podrá darse de alta al exrecreativista Toño, que para Bilbao aún no estuvo a las órdenes de Mendilibar pero cuya incorporación efectiva urge más después de la lesión de Nikos y las dudas sobre Juanfran.

En caso de cerrar de aquí a la medianoche el fichaje de Rodallega, el Levante necesitará dar de baja otra ficha. n principio el elegido era Javi Jiménez, quien sin embargo se ha enrocado en su postura de no aceptar ninguna cesión.

El ya rescindido fue curiosamente el único jugador por el que se pagó traspaso la pasada temporada, algo menos de unos 200.000 euros tras una negociación en la que el Mons belga empezó pidiendo un millón. A petición de Caparrós y con el visto bueno del club, que viajó para verlo en directo, fue como se concretó un fichaje que deportivamente se ha confirmado como un fiasco. Su cesión a mitad de año en el Recreativo tampoco sirvió para revalorizarlo.