El balance estadístico del Levante tras la disputa de las dos primeras jornadas de Liga es poco alentador. El equipo granota ha cosechado dos derrotas, no ha sido capaz de anotar un gol y ha recibido cinco tantos en contra en estos dos encuentros, lo que le sitúa en la cola de la tabla. Unos números que no invitan al optimismo, pero que si se analizan fríamente no son para rasgarse todavía las vestiduras, sobre todo cuando apenas está comenzando la competición. Es cierto que el arranque no ha sido el esperado, pero hay muchos condicionantes que hacen que la preocupación sea solo hasta cierto punto.

La primera razón para no volverse loco hay que buscarla en los rivales de estas dos primeras jornadas. Dos equipos que disputan esta temporada competición europea, uno de ellos la Champions como el Athletic, y que no son de la Liga del Levante. Pero, además, dos rivales que habían tenido que adelantar su preparación porque se jugaban la mitad de la temporada en una eliminatoria previa de sus respectivas competiciones europeas. Es cierto que ante el Villarreal apenas se compitió, pero el partido de San Mamés ya mostró una mejoría evidente de los de Mendilibar.

Precisamente esa es la segunda y más importante razón para creer en el proyecto. Una semana más tarde, la imagen mostrada por el equipo distó mucho, para bien, de lo ofredido contra el Villarreal, y solo los despistes en el balón parado mandaron al traste el trabajo realizado durante el partido. En ese sentido hablaba Mendilibar cuando describía la buena aportación de Morales y Xumetra. «Quizás nos faltó ese último pase, esa opción de remate, pero tuvimos esa profundidad que en el primer partido no, por eso generamos tantos córners», afirmó tras el encuentro.

El técnico de Zaldibar daba los puntos principales en los que el equipo falló y que debe corregir esta semana, como la falta de precisión en el pase definitivo y los fallos de concentración en el balón prado. Lo primero surgirá con el paso del tiempo, una vez los futbolistas recién llegados se compenetren mejor con sus nuevos compañeros. Lo segundo, no debe ser motivo de gran preocupación viendo el rendimiento habitual del Levante en este tipo de acciones en los últimos años. Con futbolistas como David Navarro o Vyntra, es difícil pensar que al Levante le vayan a hacer muchos goles a balón parado durante la temporada, y las estadísticas recientes lo refrendan.

En cuanto a los aspectos positivos, Mendilibar reconoció que la mejora con la pelota había sido evidente. «Tuvimos más tranquilidad con el balón después de recuperarlo, por eso el Athletic tuvo más dificultades en el primer tiempo», aseguró. Ahí fue clave el trabajo de Víctor Pérez en la mediapunta, un jugador mucho más dado al fútbol combinativo que un Casadesús que es más un futbolista vertical de ataque. Detrás de Víctor Pérez, Camarasa y Simao -que ya fueron los mejores contra el Villarreal-, elevaron también sus prestaciones como el resto del equipo y respondieron de nuevo a la confianza depositada en ellos por Mendilibar.

En definitiva, dos jornadas que han mostrado claramente las carencias del equipo, pero que han dejado también motivos para la esperanza en que con el paso de las semanas se vuelva a ver al bloque que ha caracterizado al Levante durante las últimas campañas, y que será clave para volver a tener éxito en el curso recién comenzado.