La gangrena se ha extendido por el proyecto liderado por Mendilibar hasta derivar en hemorragias internas. Los malos resultados y las dudas técnicas existentes en el vestuario se han convertido en caldo de cultivo para los desplantes de varios futbolistas, como los protagonizados por Simao Mate, Sissoko y Vyntra a lo largo de las últimas semanas. Estos han puesto en entredicho la autoridad del entrenador e incluso el propio reglamento disciplinario del club, a modo de respuesta por su insatisfacción en el plano individual.

Ya de por sí soliviantado por su situación clasificatoria, el Levante, ahora decimo nóveno en la tabla y el equipo más goleado de la competición (20), ha visto cómo se le iban abriendo heridas a medida que pasaban las jornadas. Y es que cuando la gestión del ´caso Rubén´ empezaba a dar sus frutos, otros se han ido de las manos. Por ejemplo el de Simao, que de titular habitual ha pasado a descarte fijo a raíz de lo sucedido frente al Rayo. Ese día, apenas tres después de que los grannotas cuajaran su mejor actuación y lograran su única victoria en Granada, el mozambiqueño comenzó en el once y acabaría saliendo malhumorado y por patas del vestuario del Ciutat en el descanso.

El desaguisado colectivo del primer tiempo llevó a Mendilibar a sustituirle por Víctor Pérez, lo que sentó a cuerno quemado al medio centro. Este, que había sido titular en detrimento de Camarasa, se sintió injustamente señalado y decidió dejar el estadio con el duelo todavía en juego, aunque ya a las puertas de su coche recapacitó. Ese gesto, no en vano, suponía una falta de respeto hacia sus compañeros.

También Sissoko trasladó hace dos semanas su evidente disgusto. No comprendía, por su caché y por no haber sufrido lesión alguna, cómo es uno de los jugadores con menos minutos de la plantilla hasta el momento. De hecho, expuso su deseo de buscar una salida de no variar el panorama. Lo cierto es que Momo, que durante el paro liguero gozó de un permiso extra por cuestiones personales, se quedó en el banquillo y con cara de pocos amigos frente al Madrid.

El último en perturbar la paz grupal ha sido Vyntra, que a finales de la semana pasada decidió plantarse y quedarse en su país a recuperarse de la lesión muscular sufrida con Grecia. El central se ausentó de los entrenamientos de jueves y viernes; solo la fuerza coercitiva ejercida desde Orriols le tenía ayer de vuelta en Buñol.

En vísperas de la visita a San Mamés de la segunda jornada, con la sorprendente exclusión de dos pesos pesados de la convocatoria, como Rubén e Ivanschitz, llegaron las primeras turbulencias al vestuario. El austriaco apenas ha vuelto a ser titular una vez desde entonces; otros con mayor protagonismo han tenido igualmente algún desencuentro con el cuerpo técnico. Es el caso de Barral, al que hace apenas unos días se le recriminaba públicamente cierta falta de intensidad en algunos entrenamientos.