El Levante se reforzará en enero. Falta concretar cuánto y en qué posiciones, ya que todo apunta a que serán varias, pero es un secreto a voces que habrá lavado de cara. En los últimos años siempre ha habido fichajes y el próximo no va a ser una excepción. La situación obliga a no jugársela y, dentro de los márgenes que permita la LFP, nadie es ajeno en el Ciutat a que habrá que hacer un esfuerzo deportivo y económico. El mercado invernal no es el más óptimo para gangas y chollos, pero sí una oportunidad que en este caso los granotas quieren aprovechar y para la que la dirección deportiva ya está en marcha. A expensas de la evolución del equipo en estos dos meses, la plantilla podría experimentar sensibles cambios tanto en entradas como también en salidas.

El mensaje oficial que se ha trasladado desde la llegada de Lucas Alcaraz es que el entrenador tiene que evaluar primero el material del que dispone, lo cual es cierto. El míster y Manolo Salvador han hablado largo y tendido (el miércoles comieron con el presidente) y van a ir de la mano en esto. Los tres han intercambiado información y opiniones y lo van a seguir haciendo para acertar con el tiro. El objetivo primordial es cortar la sangría de puntos para llegar a Navidad con el equipo estabilizado en la tabla, que es lo que motivó el despido fulminante de Mendilibar, con quien no había visos de reacción. Los cambios en la preparación física para evitar lesiones también son claves.

Por primera vez en toda la temporada, la enfermería sólo tiene a dos pacientes: Rafael y Rodas. Contar prácticamente con toda la plantilla a su disposición es una ventaja para Lucas, que debe confirmar o descartar el diagnóstico inicial. En un panorama bajista con muchos lesionados y jugadores fuera de forma o desenchufados, carencias las ha habido en todas las líneas, desdesde la portería hasta la delantera.

Las lesiones de Rafael, que la próxima semana tiene pruebas para contrastar su evolución, y los paupérrimos números en ataque (sin goles aún en el Ciutat) han puesto en el centro de la diana la necesidad de reforzarse con un delantero. Es, no en vano, una cuestión pendiente desde Rodallega. Ni Barral ni Víctor Casadesús han llenado el vacío que ya se arrastraba de la temporada pasada tras el fiasco de Babá, al que Caparrós no sacó nada.

Tampoco los números en defensa, los problemas físicos y los errores acumulados han sido buenos en defensa, especialmente en lo que respecta a los centrales. Mientras que en la portería, la competencia de Jesús y Mariño está siendo por abajo, lo cual podría devenir en un tercer cambio de titularidad bajo palos. La sombra de Keylor, mejor portero de la pasada Liga, es alargada.

En el centro del campo, el atisbo de consolidación de Víctor Camarasa tampoco está siendo suficiente para asentar a una pareja de mediocentros. Pese a estar en su último año de contrato, Pape era la pieza clave con Mendilibar y se perfila también importante con Lucas, que a diferencia de su apuesta por Simao en Vigo podría insistir en juntar al senegalés y al de Meliana. Además del mozambiqueño, Sissoko y Víctor Pérez no han respondido a las expectativas.

Más allá de entradas, enero será también el momento para valorar salidas. En los últimos días de Mendilibar, Sissoko deslizó su intención de cambiar de aires por la falta de minutos. Otros como Vyntra siguen en el disparadero, mientras que por Diop el club ha recibido propuestas en los últimos tres mercados de fichajes.