Sin querer, Ramis bordea ya una sanción y tiene otra pendiente de resolución. Los colegiados se están cebando con el defensa balear a su vuelta a la Liga BBVA, de manera que con solo cinco faltas cometidas en otros tantos encuentros, ha visto una roja y cuatro amarillas. La última fue frente al Eibar, cuando Fernández Borbalán quiso frenar los habituales forcejeos a balón parado dentro del área, justo después de advertir a Simao y Raúl Navas por el mismo motivo, amonestándoles a él y al visitante Lekic al borde del descanso.

El acta árbitral justificaba esa tarjeta al central «por darse empujones con un contrario, de forma reiterada, instantes antes de lanzarse un saque de esquina». Por poco más que eso, dos semanas antes, Álvarez Izquierdo había expulsado a Iván y al nazarí El Arabi. «Discutir con un contrario, empujándole reiteradamente, estando el juego detenido», había sido entonces la argumentación, sobre la que el Comité de Competición basaría su desproporcionada sanción de cuatro encuentros, reducida a una después por Apelación y congelada más tarde por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), lo que le permitió enfrentarse al Rayo.

Solo dos de las cinco amonestaciones que hasta ahora ha visto Ramis han sido a consecuencia de infracciones propias del juego. A los 44 minutos de su estreno contra el Málaga, le enseñaron una amarilla por «golpear con su brazo a un adversario, en la disputa de un balón aéreo, de forma temeraria». En Vallecas, «derribar a un contrario en la disputa de un balón» sería la causa, siempre según el acta del choque en cuestión, del castigo. Sus protestas por el riguroso penalti de Iván a Neymar en el Camp Nou, completan su lista negra.

Salvo que el TAD ratifique su sanción de un partido y no pueda jugar, el balear llegará al Bernabéu al borde de cumplir ciclo. Por tanto, en caso de le muestren una amarilla el domingo, se perdería la posterior cita frente al Celta en el Ciutat. En la misma situación se encuentra uno de sus sustitutos naturales, el griego Vyntra, quien está apercibido desde hace semanas. Son los dos únicos miembros de la plantilla en esa situación, con Barral liderando la clasificación de tarjetas con ocho en total; Alcaraz, curiosamente, suma seis.

Su penalizado arranque como granota contrasta con la experiencia acumulado por Iván a su paso por Inglaterra. Allí, en dos años y medio, en los que disputó 49 partidos oficiales, le mostraron siete amarillas y ni una sola roja. Una prueba evidente del diferente rasero arbitral de ambas ligas; los trencillas británicos destacan por su mayor permisividad y capacidad de diálogo para solventar protestas y rifirrafes del juego.

En su última temporada en la Liga BBVA, con el Mallorca, el balear había sido castigado con 12 amarillas y dos expulsiones. A este paso alcanzará unos números similares con el Levante, sin apenas haber hecho faltas que lo justifiquen. De hecho, el pasado viernes, contra el Eibar, Iván vio la amarilla sin siquiera haber cometido una falta a lo largo de los 90 minutos.