Por si no fuera suficiente con Tebas alimentando periódicamente la implacable bola de los amaños, cada vez que la LFP hace públicos los horarios el Levante sale claramente escaldado. Como si de una conspiración en su contra se tratara, los granotas van a tener que jugarse la vida en Primera División con un carrusel de tres partidos cruciales para su futuro en sólo seis días, un atracón demasiado costoso de digerir como para aceptarlo sin rechistar y que vuelve a poner de manifiesto que con el actual modelo de competición los modestos siempre terminan llevándose la peor parte. No hay duda de que con el calendario en la mano el Levante está legitimado para sentirse víctima de una discriminación horaria que últimamente ha ido aún a peor y cuyo colofón será esta próxima semana.

Desde la victoria en Almería del pasado sábado 1 de abril, las jornadas en martes, lunes y viernes han condicionado consecutivamente la preparación de los partidos en un equipo especialmente vulnerable a esa «congestión», según la terminología de Alcaraz. Después de que la visita a Mestalla y el partido ante el Espanyol hayan sido en cinco días, el Levante tendrá que afrontar una trilogía contra Getafe, Córdoba y Real Sociedad en sólo seis. Tras jugar en el Coliseum el próximo sábado, el colista visitará el Ciutat el martes a las 22:00 y tan sólo 72 horas después será el encuentro en Anoeta. Un empacho que amenaza con pasarle factura deportivamente al equipo y confirmar la teoría conspiratoria de lo que no pocos empiezan a ver como si fuera una campaña de acoso y derribo.

Pese al malestar existente en este sentido con la Liga, el único que ha levantado la voz de momento es Alcaraz, que ha acabado por no morderse la lengua: «Los tres partidos juntos son de traca. En este sentido, somos de otra categoría. Me gustaría ver a los de arriba con una semana así», se quejó el técnico, que justificó con este argumento las recientes rotaciones en el once. Eso sí, ante el Espanyol fue el decimoséptimo partido seguido en el que no repitió alineación. Según avanzó, «físicamente el equipo llegará bien, aunque vamos a tener que hacer más rotaciones porque en seis días jugamos tres partidos decisivos».

Desde el club, mientras tanto, se guarda silencio, pese al perjuicio que también está suponiendo que los últimos partidos en Orriols hayan sido en horarios intempestivos, otro inconveniente añadido al que está respondiéndose con campañas para incentivar la afluencia. Sin ir más lejos, las medidas adoptadas el pasado viernes y que incluían entradas gratis para los abonados, se tradujeron en una asistencia de más de 17.000 espectadores, una de las mejores de la temporada. Aun así, hay voces que apuntan a la asistencia de un público menos fidelizado el origen de los polémicos silbidos.

Y para colmo, los arbitrajes

El perjuicio de los horarios que decide la Liga ha coincidido en las últimas semanas con el de las designaciones arbitrales de la Federación. Y es que tras la polémica actuación de Velasco Carballo contra el Sevilla y las ascuas aún recientes del recital contra el Granada, Álvarez Izquierdo será el encargado de pitar el sábado en Getafe. Izquierdo y Velasco son los colegiados que más veces han arbitrado al Levante, ambos con mal sabor de boca. Son, en todo caso, condicionantes contra los que no queda otra que apretar los dientes en pos del objetivo de amarrar la permanencia.