Morales no sólo se ha ganado esta temporada la renovación automática de su contrato. Lo piensa el club y lo piensan sus representantes, que han pactado un aumento de salario más un año opcional en función de los partidos jugados. Por un lado, se ha ejecutado formalmente la cláusula unilateral de dos años más que el Levante se reservó en su día y que expiraba a finales de este mes. Por el otro, ambas partes han sentado las bases de una mejora económica que se ha ganado en el césped y que irá más allá de los 50.000 euros estipulados por cada una de las dos nuevas temporadas. Con el cambio subirá de escalón salarial, ya que era uno de los futbolistas peor pagados.

Morales sabe desde hace muchas semanas que el Levante cuenta con él para el futuro, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha empezado a materializar una continuidad que será oficial en breve. Mientras tanto, eso sí, lo cierto es que su buena temporada y la indefinición en la que estaba han llamado la atención de otros clubes de Primera División que se han interesado por su situación y que habrían estado dispuestos a ficharlo en el caso de haber quedado libre. Y es que no hay duda de que en esas coordenadas Morales se perfilaba como una de las peritas en dulce del mercado. Una circunstancia que no ha pasado desapercibida en el Ciutat, donde desde el primer momento han tenido claro que ejecutarían la opción para retener al futbolista.

Después de que Alcaraz lo catalogara como «jugador revelación de la temporada», tanto el Levante como sus agentes coincidían en que Morales era carne de mejora, motivo por el que el acuerdo definitivo no va a hacerse de esperar.

Después de su cesión al Eibar, en la que fue de más a menos, el rendimiento de Morales ha sorprendido a propios y extraños. A punto de cumplir 28 años, el madrileño se ha convertido en un auténtico comodín para Alcaraz al jugar en las dos bandas, los dos laterales y como segundo delantero o mediapunta. En contra de todo pronóstico, ya que se trataba de su debut tardío en la elite, arrancó de titular con Mendilibar y sólo puntualmente pasó por el banquillo con Lucas, para el que ha sido uno de sus lugartenientes. En su despedida, el entrenador vasco lo metió junto a otros futbolistas de la casa en la saca de los que deberían marcar el futuro del club. Aunque no hacía falta, la continuidad un año más en el banquillo de Alcaraz ha sido un espaldarazo definitivo para que Morales se sienta totalmente respaldado en el Ciutat.

Contra todo pronóstico

En el plano personal, lo cierto es que Morales está en un momento clave de su carrera deportiva, al borde de la treintena pero con un amplio recorrido todavía en el fútbol de élite. Curiosamente, ahora hace un año recibió la confirmación de que haría la pretemporada con el primer equipo, aunque por entonces nadie le aseguró que se quedaría. Y es que todo apuntaba a que volvería a irse cedido y que su futuro se decidiría más adelante, algo que afortunadamente no pasó.