Pocos porteros habrán contado con mejor «padrino» que el que acaba de firmar por el Levante. En sus inicios como profesional, en el Barça, Rubén tuvo a Valdés de compañero y referente dentro y hasta fuera del terreno de juego. Entre los dos se forjó tal amistad que iban juntos a casi todos los lados e incluso había quien creía a su alrededor que les unían lazos de sangre. «Nos preguntan a menudo si somos hermanos», reconocía el nuevo meta granota a finales de 2004, después de debutar en Liga BBVA a raíz de una expulsión del propio Víctor, entonces titular entre palos en los culés, ante el Valencia.

El gallego fue «subiendo categoría a categoría» en la cantera barcelonista desde los 13 años hasta que le llegó la oportunidad de ser el tercer cancerbero del primer equipo. Recién alcanzada la veintena (el próximo día 22 cumplirá 31), Rijkaard le hizo hueco en la plantilla junto a Valdés (dos años más mayor que él) y Jorquera; todos ellos formados en La Masia. «Los dos me daban guantes y me ayudaban en todo lo que necesitaba; estaban muy pendientes de mí porque sabían lo que significa dar ese salto», explicaría más tarde el flamante cancerbero granota, quien define al ahora guardameta del United de «excelente persona».

Durante casi una década, ambos compartieron mucho más que entrenamientos. «Él jugaba en la categoría inmediatamente posterior y teníamos estilos similares, por lo que siempre me fijaba en lo que hacía». Sus físicos, vestimentas y peinados similares invitaban también a vincularlos; por entonces parecían clónicos, y solo el pendiente de su oreja derecha diferenciaba al gallego del catalán. Ahora, la distancia y el paso del tiempo ha enfriado lógicamente su relación, aunque Rubén y Valdés aprovechen cada vez que se encuentran para charlar largo y tendido. «Es un portero completo. Transmite seguridad en el blocaje, tiene un buen juego de pies y es muy sólido en los balones aéreos», decía Víctor de su homólogo cuando este se presentó en sociedad en la elite.

Zubizarreta fue otro de los modelos que tuvo, durante su formación, el primer fichaje del Levante 15/16. De niño, como coruñés y simpatizante culé que era, el portugués Vítor Baía y Liaño también le habían dejado huella. Viéndolos a todos ellos fue moldeándose entre palos hasta que en la 2009/10 explotó de la mano de Juan Ignacio en el Cartagena. Elegido ese curso mejor portero de la Liga Adelante, se ganó definitivamente un sitio en ´primera´ gracias al Málaga, aunque sería más tarde en el Rayo cuando gozaría por primera vez de continuidad en Liga BBVA. Para entonces ya figuraba en su palmarés una Champions, que como tercer meta había ganado (aunque sin jugar) con el Barça en la 05/06; Deco, Ronaldinho, Xavi, Iniesta, Etoo, Messi y el citado Valdés compartían vestuarios con él. Palabras mayores.