La que ahora mismo tiene sobre la mesa no es la primera tentativa de compra norteamericana que llega la mesa del presidente del Levante. Días antes de la aparición en escena de Robert Sarver y su socio y vicepresidente de los Phoenix Suns, Andrew Kohlberg, otro grupo inversor estadounidense se interesó por la mayoría accionarial del club. Lo hizo a través de una consultora valenciana y se llevó una negativa por respuesta.

Quico Catalán, que en la reunión de urgencia del pasado lunes no emitió su opinión respecto a la oferta de Sarver, abortó la primera negociación al no encontrar las garantías que reclamaba. El citado grupo inversor, vinculado al actual, apostaba por apropiarse de la vertiente deportiva y también de los principales activos del club, tanto el Ciutat como la ciudad deportiva, que sería uno de los nudos gordianos en una futura negociación para la venta del Levante.

A raíz de aquella negativa, KPMG, asesorada por la LFP y con el objetivo de encontrar un club en venta pese a que el Levante no lo está, se puso en contacto con el presidente para hacerle llegar las intenciones de Sarver; este le había encargado a la consultora la adquisición de un club de la Liga BBVA, al considerar esta como la futura Premier en cuanto a posibilidades de negocio. El dueño de la franquicia de la NBA entabló contactos con el Getafe, y recibió información de Sporting, Valladolid, Málaga y Espanyol, antes de lanzarse a por los azulgranas.