Había que salir con vida como fuera de El Palmar. La premisa estaba clara, más teniendo en cuenta que el terreno de juego „demasiado embarrado en el centro de operaciones„ no invitaba a florituras, sobre todo después de ser regado. El esférico botaba como un conejo y el riesgo a que cualquier error pudiera costar caro era evidente. De ahí que Villafaina sorprendiera al no apostar de inicio por el gallego Jason, clave en la vuelta de la ronda anterior ante el Palencia, al considerar que sus características desentonaban en un encuentro más intenso que preciosista. Lo que no pensaba es que el peaje fuera no hacer apenas cosquillas en ataque. El Atlético Levante se escabulló de las oleadas ofensivas del Sanluqueño para dar otro pasito al ascenso.

El 0-0 es positivo, pero también obliga a ganar el sábado en la Ciudad Deportiva de Buñol, ya que cualquier empate con goles convierte el sueño de Segunda División B en pesadilla. Los granotas estuvieron en fases del partido contra las cuerdas, sobre todo por el condicionante de la presión ambiental „fue la mejor entrada de la temporada en El Palmar„, y tuvieron opciones en la segunda mitad. Lástima que adolecieran de la pegada de las ´batallas´ pasadas. Tampoco ayudó que los asistentes de Santos Caballero tuvieran la mano rápida para levantar la bandera en dos fueras de juego, cuanto menos discutidos, que pudieron haber cambiado la película. Fue un encuentro de guerreros y el ´B´ resistió en defensa. La conjura para la vuelta en casa comenzó con el pitido final y ahora no queda otra que recuperar la capacidad de generar ocasiones y aprovecharlas. Argumentos hay de sobra, pero el Sanluqueño ha demostrado que es una amenaza mayúscula como forastero. Ante el Teruel igualaron un 1-2 en contra para acceder desde los once metros. a la segunda eliminatoria, que también superaron en Formentera.

El inicio del duelo fue una declaración de intenciones del Atlético Sanluqueño. Zagalá tuvo que ponerse el mono de faena desde bien temprano, primero con un disparo desde lejos de Ramírez, que blocó sin apuros, y luego con otro tiro de Cristian Terán, que también detuvo. Los pupilos de Villa replegaron filas y esperaron, pero no increparon a Fran. Mientras que los locales dieron un arreón en la recta final de la primera parte, con un potente lanzamiento de Alberto Jiménez, que repelió Zagalá con una buena intervención, y después en botas de Pedro Carrión, a centro desde la izquierda de Zafra, igualmente sin consecuencias funestas.

El filial ajustó su engranaje tras el descanso para ganar más firmeza atrás y comenzar a dar señales de vida en ataque. De hecho, en el primer minuto de la reanudación, un centro de Álvaro Traver, que fue cazado por Juan Delgado, se encontró con los guantes de Fran. Ante este giro del destino, el dominio de los de Sanlúcar fue diluyéndose, aunque por poco tiempo, porque pronto reaccionaron, sobre todo en acciones a balón parado. Juanmi Becerra, que se perderá la vuelta por ciclo de amonestaciones, tuvo en su cabeza el 1-0, pero su testarazo se marchó por encima del larguero.

Los cambios dieron más cohesión a los de Orriols, que a la vez desaprovecharon las posibilidades que el adversario ofrecía al contragolpe. El cara a cara se convirtió en un ida y vuelta con un desenlace impredecible. Una locura incontrolable por momentos. En el minuto 71, en una triangulación entre Sergio Nanclares, Armando y Juan Delgado, al ´9´ le faltó muy poco para anticiparse a su marcador y poder armar un disparo más favorable. Y todavía faltaba una aparición más de Zagalá, esta vez ante Antonio Sánchez. Tanto ritmo frenético alcanzó su punto álgido en la prolongación, con dos córners seguidos que el Atlético Levante tuvo que defender con uñas y dientes. El 0-0 no desapareció y Buñol dictará sentencia. La afición volverá a responder. El premio del ascenso exige un último esfuerzo.