Un mes y seis días después de pasar las pruebas médicas y firmar su contrato hasta junio de 2018, Rubén Martínez, que ha alternado sus vacaciones entre Barcelona y Coristanco -su pueblo de nacimiento en A Coruña-, fue por fin presentado oficialmente en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. El nuevo guardameta acumula varios entrenamientos a sus espaldas, a las órdenes de Lucas Alcaraz y el entrenador de porteros Pepe Martínez Puig, con Javi Jiménez y Koke como homólogos. Jesús Fernández -el cuarto elemento en la portería- está fuera de combate por una conjuntivitis bacteriana que complica aún más su futuro en Orriols, donde le queda un año de contrato, y mantiene la opción de buscarle competencia al ex del Almería.

Llegó en AVE a València cuando todavía Verza no estaba en la plantilla y su puesta de largo ha sido posterior a la de su camarada en los Juegos del Mediterráneo y ahora también en el Levante. Rubén remarcó la facilidad que ha encontrado para acoplarse a un vestuario que todavía sufrirá modificaciones. «Todo el mundo me ha acogido con los brazos abiertos, tanto el personal del club, desde el día que llegué a la firma, como los técnicos y los compañeros del vestuario. El cansancio típico de este inicio de pretemporada es normal, con calor, sudando mucho», afirmó el ‘1’.

Rubén ha sido un habitual en la agenda de preferidos por Manolo Salvador. Es el que tantas veces pidiera Juan Ignacio. El portero del Cartagena en el histórico 3-5 de finales de mayo de 2010, el del regreso a Primera. Después de sendos contactos fallidos en enero y agosto en 2012, con Munúa y Keylor Navas en la plantilla, ahora ha llegado al Levante con un centenar de titularidades en la máxima categoría, con ganas de quitarse el mal sabor de boca del descenso con el Almería y también de enterrar la sombra alargada del internacional ‘tico’, que no desapareció el curso pasado con Diego Mariño ni Jesús Fernández, y que incluso obligó a activar la maquinaria para poder firmar en el mercado de enero.

«La negociación fue muy rápida», como así destacó el propio Rubén, quien eligió el Ciutat como su nueva casa para seguir creciendo en la máxima categoría, donde ha estado como oponente más de una vez. «Buscaba progresar, dar un paso más en mi carrera y el Levante me lo ofrece. Es un equipo consolidado en Primera División, que desde fuera se percibe como un conjunto aguerrido y difícil de ganar. Seis años seguidos en la máxima categoría no son fáciles de conseguir. Hubo predisposición por las dos partes y estoy encantado de estar aquí». Acostumbrado a firmar año a año en las últimas tres temporadas, ahora su vinculación como granota es de larga duración. «Ha creído en nuestro proyecto. Rubén se ha vinculado de una forma poco habitual para él y le agradecemos su confianza y que piense que el Levante es el lugar ideal para seguir creciendo como futbolista y como persona», afirmó Quico.