El amistoso frente al Zwolle se convirtió en toda una declaración de intenciones del entrenador granota. Una vez superada la primera fase de la pretemporada ante equipos de inferior categoría, Alcaraz planteó el partido con una alineación repleta de teóricos titulares, menos relevos y el mismo esquema de juego sobre el que cimentó la salvación la pasada campaña: 3-5-2. A la espera de más fichajes, sobre todo en el eje de la zaga, blindó esta con los dos centrales específicos que hay en plantilla y corroboró que ve a Simao como alternativa válida para la retaguardia. La puesta en escena y el resultado le dieron la razón.

El único defensa que se quedó inédito en el duelo disputado en Hasselt fue Bardanca, del filial, al que el granadino ha desplazado a la estadía al no haber dado el club todavía en el mercado con los sustitutos de Vyntra y Ramis. En los laterales sí introdujo modificaciones en la recta final del encuentro, dando entrada a Pedro López y Nikos (en lugar del recién renovado Iván y Toño) y redoblando las precauciones. En ese postrer tramo, el dibujo se asemejó más a un 5-3-2; aunque curiosamente llegaría entonces el único tanto de los holandeses.

Alcaraz se ha mostrado decidido a alternar el citado entramado táctico con su 4-4-2 de base. Este último había tenido igualmente presencia en los anteriores duelos, en los que el técnico había preparado un once totalmente diferente para cada una de las partes. Ayer, esa rutina varió. Los cambios se limitaron a siete y con el marcador ya claramente decantado en favor de los azulgranas.

La cita del próximo miércoles, ante el Bayer Leverkusen, aumentará todavía más si cabe el nivel de exigencia. Ya advertía Xumetra días atrás que será a partir de ahora cuando se verá el «verdadero nivel» de este Levante, en el que Verza gana enteros como ´6´. El de Beniel actuó de faro, con Camarasa y José Mari como interiores unos metros por delante. La presencia de Rubén bajo palos, más Ghilas y Víctor, terminaron de definir un once con apariencia perfectamente liguero para los azulgranas.

De un par de arrancadas inviduales de Iván nacieron sendas ocasiones de peligro „una de ellas, culminada por él mismo con un remate ajustado al palo„ en la primera mitad. El canterano también propició el susto del partido, apenas transcurridos siete minutos del mismo, cuando recibió una dura entrada y tuvo que retirarse para ser atendido. Toño fue otro de los protagonistas; de su sociedad en banda izquierda con Camarasa se benefició Ghilas, quien recibió un pase en profundidad en el 0-1 y anteriormente había contado con un centro medido del lateral, desaprovechado de cabeza por el delantero de origen argelino.

Rubén y Jason, de delanteros

En el carrusel final de modificaciones, y ya con Roger en el campo, Alcaraz probó al setabense y después al gallego como sus acompañantes. Rubén entró por Casadesús y ocupó su posición en el campo hasta la aparición de Jason, que le llevó a ocupar el interior izquierdo; hasta entonces, el puesto de Camarasa.