Lucas Alcaraz parece tenerlo muy claro. Ayer volvió a repetir esquema. El Levante jugó otra vez con un 1-5-3-2 y, aunque variaron algunos elementos iniciales respecto a la formación que había mostrado en los dos compromisos anteriores, la esencia es la misma. La apuesta parece ser clara e ir encaminada a construir la casa desde los cimientos. Desde atrás. Aguantar la portería a cero y aprovechar las oportunidades que se presenten... que pueden ser a balón parado.

La llegada del técnico la pasada campaña en sustitución de Mendilibar ya supuso una notable mejora en lo que es la estrategia. De hecho, los primeros puntos que logró el equipo la pasada campaña con Alcaraz estuvieron marcados por las acciones a balón parado. En la pretemporada en Holanda el trabajo en ese ámbito ha sido importante y ayer dio ya un fruto en forma de gol. La acción del 0-1 a favor del Levante fue una falta lateral provocada por Roger, botada por Verza y cabeceada por el veterano Juanfran en el primer palo. Verza se perfila como el lanzador habitual a tenor de lo visto también en algunos saques de esquina y ese tipo de acciones para el Levante tienen que ser la vida. Hay que optimizar.

A partir de ahí el sistema parece que no se negocia en este Levante. Lucas volvió a formar con tres centrales y dos laterales. Pedro López sustituyó a Iván en el flanco diestro, pero todo lo demás es lo mismo. Simao un poco acostado a la derecha como central, Navarro en el medio, Juanfran a la izquierda y de lateral zurdo Toño. Los zagueros, además, vienen arropados por un ´trivote´ por delante en el que el anteriormente mencionado Verza volvió a tener un papel capital, en esta ocasión acompañado por Pepelu y Morales, quien se fajó en todos y cada uno de los balones, pero en esa posición, lejos de las suyas naturales, parece demasiado encorsetado. Pierde potencial ofensivo.

Con las dos expulsiones, la disposición del equipo se difuminó y se tuvo que recomponer, pero lo bien cierto es que hasta esa fase del encuentro el Levante apenas había pasado apuros. Estaba todo bajo control hasta que llegaron las dos rojas, si bien es cierto que como oponente había un equipo recién ascendido a la máxima categoría del fútbol holandés.

Las piernas ya pesan

Las conclusiones a extraer son por tanto pocas. Quizás que tras lo visto en la gira al equipo le falta sobre todo tener un poco más de presencia ofensiva. Ayer al margen del gol apenas creó oportunidades de peligro y además recuperó el balón en muchas ocasiones demasiado atrás. Todo eso con todos los condicionantes que siempre hay cuando un equipo viene de estar varios días concentrado lejos de casa y acumulando notables cargas de trabajo. Las piernas no estaban frescas y eso sin dudad tampoco ayuda a ver el Levante que se quiere ver. El que se tiene que ver durante la temporada. Obviamente, tras lo visto ayer, hay un amplio margen de mejora y a partir de ahora se afronta la recta final de la pretemporada en la que el objetivo es primero acabar de perfilar el plantel y después afilar las armas. Las cartas del conjunto granota están boca arriba y sólo queda seguir trabajando.