El Levante ha vuelto un verano más a apurar la frenada en la última curva del mercado de fichajes, pero esta vez ha sido en balde, ya que no ha habido éxito con Grimaldo ni Nagamoto, las dos principales negociaciones que ha tenido abiertas durante la jornada. La única llegada, y además sobre la bocina pese a estar encarrilada desde hace días, ha sido la de Diego Mariño, anunciada con suspense a las 22:37. Firma hasta 2018 y sobre el papel viene para ser el reserva de Rubén.

El plazo ha acabado sin el ansiado extremo ni el lateral izquierdo con los que se quería apuntalar la plantilla, amén de sin las guindas que habrían supuesto un mediocentro como Thomas y un central.

Finalmente la vuelta de tuerca del proyecto se queda en casi una decena de futbolistas nuevos, de los cuales tres han llegado mediante traspaso (Deyverson, Trujillo y Mariño) y dos cedidos con opción de compra (Lerma y Ghilas). El resto, con la carta de libertad. En el capítulo de salidas, finalmente la única ha sido la de Jason cedido al Albacete. Navarro, que valoró una propuesta del Las Palmas, Xumetra, Nikos Karampelas y Jesús no se mueven.

Con el colombiano Cuero dado por imposible desde hace unos días y descartado Thomas desde la confirmación de que Kranevitter no recalará en el Atlético hasta después del Mundial de Clubes, el Levante rastreó sobre la bocina las oportunidades de última hora, especialmente en lo que se refiere a extremos, laterales izquierdos y un central que pudiese haber cubierto un hipotético adiós de David Navarro.