No son los rivales más adecuados los que se avecinan para evaluar un sistema que parece innegociable. Cerrado el mercado de fichajes y con una semana sin fútbol para acelerar la adaptación de los nuevos, todos con minutos salvo el ´refichado´ Diego Mariño, el Levante sabe que para lograr la primera victoria necesita dar un paso al frente en ataque. Alcaraz ha conseguido confeccionar un bloque más compacto, corpulento y con músculo, capaz de ensuciar los partidos al rival. El caudal de acciones recibidas ha menguado. Ante el Celta, la prematura expulsión de Simao Mate condicionó el encuentro. Los celestes fueron más incisivos, aunque no demasiado, y probaron suerte hasta en 15 ocasiones, seis entre palos, obligando a Rubén Martínez a intervenir cuatro veces. Dos acciones calcadas, una en cada banda, desbarataron el engranaje. Evidente que la roja también obligó a echar el freno en ataque: once intentos y solamente dos a palos, una el golazo de Verza. En Gran Canaria, once contra once de principio a fin, la imagen ofensiva ensombreció la fiabilidad defensiva en la primera titularidad de Feddal. Los únicos tres remates no fueron ni de un ´9´ sino de José Mari. Deyverson y Ghilas ni la olieron ante Las Palmas cuando en el estreno ante el Celta en casa dejaron detalles prometedores de compenetración. El brasileño marcó un tanto que fue legal menos para De Burgos Bengoetxea.

El gol es la obsesión y eso no solamente es una cuestión de los delanteros. Salvo el sancionado Simao, Alcaraz tiene a toda la plantilla a su disposición para liberarse del hermetismo defensivo que rodea al esquema actual. Los días sin competición han servido para insistir en la producción ofensiva, como también lo será en los tres entrenamientos que faltan hasta recibir al Sevilla. «A la hora de atacar, si el equipo es valiente, y nosotros queremos tomar ese riesgo, y los laterales son profundos, el equipo es ofensivo», piensa Trujillo, que ha hecho pleno de minutos como central derecho en la zaga de cinco. Para él no hizo falta adaptación, ya que llegó de estar jugando en pretemporada con el Almería y avalado por el propio míster granadino.

El primer once ante el Celta fue sintomático de los planes de Alcaraz para la savia nueva que tiene a sus órdenes. De una tacada, cinco refuerzos: Rubén, Trujillo, Verza, Ghilas y Deyverson. Ahora, y tras frenar los fogonazos de peligro contra los gallegos con diez hombres, el foco está en el ataque. El balón no llega arriba y hay que remediarlo. No es que los pocos remates no tengan el sello de un ´9´ sino que los rivales superan abismalmente al Levante en los pases completados. Nadie quiere faltar a la cita ante el Sevilla. Deyverson se calzó las botas y ya está a pleno rendimiento tras no ejercitarse en los últimos entrenamientos, antes del fin de semana de descanso, por unas molestias físicas. Ghilas y Navarro también estuvieron temporalmente en el parte médico, pero abandonaron la enfermería para la sesión del viernes.