El distendido entrenamiento del Levante de este jueves, penúltimo de la semana, ha dejado una imagen típica de las calles o patios de colegio de los años 80 ó 90. Ha sido la particular adaptación granota de un juego infantil, llamado 'mosca´, y ha tenido al canterano Javier Ribelles como 'víctima'. Después de cometer un error en un ejercicio con balón, el jugador del filial ha tenido que pasar por el pasillo que han formado sus compañeros, quienes le han golepado amistosamente a su paso a modo de castigo.