La historia se repite. Hace un año, tras una derrota en Orriols ante el Rayo Vallecano en la sexta jornada, quedó corroborado que el proyecto deportivo era deficitario, que el giro futbolístico iba a salir rana. El Levante de Mendilibar estaba en números rojos y en casi todos los aspectos estadísticos aparecía en la cola. La evidente mejoría exhibida en la jornada intersemanal en Granada quedó en nada después del descalabro posterior en casa. «Sin contundencia ni confianza en la línea defensiva», de acuerdo a las palabras del propio técnico de Zaldívar. Un equipo deudor en sensaciones y cifras, con altibajos de intensidad, errores individuales y una falta de pegada alarmante. En resumen, un colectivo que no era competitivo. Ahora esa es la única diferencia, aunque solamente en el plano defensivo por el 5-3-2, el sistema trabajado desde la pretemporada y alrededor del cual ha girado la confección de la plantilla. El único sustento porque el fútbol brilla por su ausencia con ambos dibujos. En la bofetada en el Coliseum, la descomposición se produjo después del 1-0 de Álvaro Vázquez en el 81. La maquinaria ofensiva está atrancada, también con el 4-4-2.

En las mismas seis jornadas que fueron el inicio del fin de Mendilibar, el Levante de Alcaraz tampoco ve la luz, salvo unas ráfagas de corazón y casta en los partidos de casa ante Celta, Sevilla y Eibar, pero sin argumentos futbolísticos para aspirar a más. El cómputo es claro: tres puntos de 18, uno menos que hace un año y ante rivales de uno polo y otro. ´Mendi´ aguantaría dos partidos más: el punto en Ipurua (3-3) y su adiós tras la ´manita´ del Madrid en el Ciutat (0-5). Un margen que es posible que ni Lucas tenga. Los dos últimos encuentros era un punto de inflexión y el suspenso es merecido. En el horizonte próximo hay una semana de descanso entre la visita del líder Villarreal a Orriols y el desplazamiento al Bernabéu. Levante y Málaga son los dos únicos equipos que todavía no conocen el triunfo y que nunca se han puesto por delante en el marcado, pero las sensaciones de los granotas son más preocupantes. Los cinco goles (Verza, Camarasa, Casadesús, Morales y Deyverson) han sido en las segundas partes y para encontrar la última victoria hay que remontarse al 28 de abril contra el Córdoba (1-0).

Este arranque liguero es el peor desde la temporada 07/08, la del último descenso a Segunda División. Por aquel entonces, los de Orriols solamente sumaron un punto de 18. Con Bernd Schuster, en la 2004/05, los números fueron mejores (10 puntos), aunque luego la caída libre fue sin freno hasta toparse de bruces con el precipicio. En el polo opuesto, los 14 puntos con Juan Ignacio, que les llevaría a ser posteriormente líderes de la Liga BBVA. El presente es que el mensaje de Lucas, con conceptos opuestos a los de Mendilibar, no han calado en la plantilla. En Getafe, el granadino se excusó en las bajas, que también las tuvo el vasco, para lidiar su momento más crítico.