Al central granota se le acumulan las emociones en los últimos días. Primero ha sido su reaparición un año después con la selección marroquí, con la que ha sido titular en dos amistosos durante el paro internacional, y el sábado visitará por primera vez la que pudo ser su casa: el Santiago Bernabéu. Zou Feddal, aunque la operación no llegara a cuajar ni trascender en su momento, estuvo muy cerca de vincularse en 2012 al Madrid a través de su filial, el Castilla.

Fue Paco de Gracia, entonces jefe de captación de la cantera merengue, quien le echó el ojo al hispanomarroquí. Este despuntaba en el Espanyol B, que ese año promocionará y recuperaría su sitio en Segunda B, e incluso llegó a ir convocado con el primer equipo perico en San Mamés. Solo los problemas que hubo con su renovación por la entidad catalana, que no acabarían cuajando, impidieron su debut a las órdenes de Pochettino en la Liga. Libre, los merengues apostaron fuerte por él pero a última hora se truncó la operación, lo que llevó a Zou a probar fortuna al Rabat de su país natal, después de participar en los Juegos Olímpicos de Londres y antes de emigrar al fútbol inglés y posteriormente al Calcio, del que ha regresado para disfrutar con el Levante de la elite del fútbol hispano.

Feddal es todo agradecimiento a los granotas por la oportunidad que le han brindado, una vez se quedó sin contrato por la desaparición del Parma. «Ir con Marruecos es un premio al trabajo que estoy realizando en mi club y espero seguir progresando. La experiencia es muy buena, independientemente de los resultados finales», comentó ayer el central. «Va a ser un partido de mucho sufrimiento. La concentración va a ser fundamental para rascar algo», dijo respecto a la cita sabatina en el Bernabéu.

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