En Buñol esperaban con los brazos abiertos a Ángel Trujillo. El central granota viajó este martes por tercera vez a Alacant desde que fuese operado de un desprendimiento de retina en el ojo derecho, para ser sometido a un nuevo control por parte del especialista que le había intervenido hace 15 días, y regresó con el visto bueno para empezar a entrenar. Lo ha hecho este mismo miércoles, aunque solo ha participado con el grupo en la charla inicial; después se ha ejercitado con la bicicleta estática en el gimnasio.

Superado el susto inicial, fruto del daño ocasionado por el pelotazo que había recibido en Getafe, que apenas le permitía ver con el citado ojo, el de San Fernando de Henares se ejercitará con suavidad en el primer tramo de su rehabilitación. Aún deberán pasar varias semanas hasta que salte al césped y entre en contacto con el balón; hasta ahora, la mayor parte del tiempo postoperatorio ha tenido que permanecer con la cabeza boca abajo. Trujillo, que recibió un mensaje público de ánimo de sus compañeros antes del duelo ante el Villarreal, deberá tener completamente cicatrizada la zona antes de exponerse a remates de cabeza o un golpes en un salto,