El 4 de febrero de 2007 es una fecha que todavía perdura en el imaginario granota. Aquel día persiste como la única vez que el Levante conquistó el Bernabéu. Era el minuto 10 cuando Tommasi, después de recibir un pase de Olivier Kapo tras una gran acción individual del francés, fue derribado en el área por Diarra y el colegiado Álvaro Izquierdo no lo dudó y decretó la pena máxima. Salva Ballesta plantó el balón, disparó a la derecha de Casillas, que tocó el esférico, pero no pudo impedir que este histórico gol en el tercer encuentro de Abel Resino al frente. «Recuerdo perfectamente aquel partido. En todo momento confiábamos en nuestras posibilidades, nos creíamos que podíamos dar la sorpresa. Teníamos poco que perder y mucho que ganar. Estábamos con mucha confianza», afirma el protagonista de la conquista de Chamartín. Salva tiene claro cuál es el camino a seguir para repetir el sábado la proeza ocho años y pico después. «Para ganar te tiene que salir todo bien y al Madrid todo mal, describe.

Molina, Manolo Gaspar, Déhu, Alexis Suárez, Rubiales, Camacho, Tommasi, Robert, Riga, Kapo, Salva, más Ettien, Berson y Reggi, que salieron en el segundo acto, fueron los elegidos. «Guardo muy buenos recuerdos de esos meses que estuve allí (jugó 14 partidos de la segunda parte del curso 06/07), que me sirvieron para salir de un club en el que estuve en una situación económica difícil y, principalmente, para conocer a una gente espectacular», recuerda Salva. De aquellos compañeros ha coincidido con algunos en el curso de entrenador y también en varios actos vinculados con el fútbol, sobre todo con Rubiales, Manolo Gaspar, que ahora está trabajando en la secretaría técnica de Mario Husillos en el Málaga, y también con N´Diaye. Sueña con poder regresar a Orriols, ahora en su nueva faceta en los banquillos. «Me gusta estar atento de todo el fútbol, de los equipos que en mi vida me han aportado y el Levante es uno de ellos. Me dio mucho a nivel futbolístico y ojalá pudiera devolvérselo en mi nueva etapa de entrenador. Sería muy ilusionante volver como en cualquier equipo donde he estado y me he sentido tan bien como en el Levante», explica el exariete.

Del actual conjunto de Lucas Alcaraz, Ballesta ensalza la capacidad de sufrimiento para levantarse de las situaciones críticas: «Han estado un par de semanas con la soga al cuello, pero con la victoria ante el Villarreal .

En el filial del Málaga

Después de frustrarse la posibilidad de ser el segundo de Abel en el Celta, ahora Salva Ballesta ha puesto fin a su etapa de dos cursos como entrenador del Atlético Malagueño. «Una experiencia muy positiva», como el exdelantero reconoce, en ese proceso de producción de ´boquerones´ para el primer equipo, con cuatro nombres propios: los ´Samus´, ahora en el Villarreal, Juanpi y Pablo Fornals, el último descubrimiento que debutó en Primera en el Bernabéu. «Tenía la posibilidad de seguir otro año más en el filial, pero era ya mucho tiempo, aunque tanto mi cuerpo técnico como yo sabíamos que se podía seguir creciendo allí. Ahora estamos viendo otras modalidades de entrenamiento, aprendiendo de equipos ingleses, españoles como el Atlético o el Rayo de Paco Jémez y tenemos pensado hacer un seguimiento a la Juventus», explica. El actual filial malagueño está dirigido por Manel Ruano, también exjugador del club de Martiricos.

El nombre de Salva Ballesta está en la agenda para el banquillo de Almería, aún con el malagueño Miguel Rivera de interino tras la destitución de Sergi. Ha tenido llamadas de equipos de Segunda B y también del extranjero, pero su deseo es «seguir creciendo en España». «Me gustaría coger un proyecto fiable, no salir por salir, no arriesgar y tener paciencia», argumenta.

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