«En ilusión no nos van a ganar». La advertencia es de Casadesús, aunque perfectamente podría hacerse extensible al resto del vestuario. Los granotas no solo entienden que una oportunidad única de meter mano al Madrid, sino que además son conscientes de cómo hacerlo. Otra cosa es que el sábado finalmente lo logren. El guion es el mismo del primer tiempo en el Camp Nou -que acabó en empate y con dos ocasiones claras para los de Alcaraz-, el segundo ante el Sevilla y sobre todo el último triunfo, ante un Villarreal líder.

El técnico granadino es el primero que está alentando a los suyos a ir al cuerpo a cuerpo, a luchar por la machada. Ha dejado claro que este partido también es de la liga granota, que puntuar sería un añadido con vistas al objetivo final, a diferencia de lo que se ha defendido en situaciones similares anteriormente. Las bajas que arrastran los merengues refuerzan la creencia azulgrana. Pepe, Ramos, Jamés, Modric, Benzema y Carvajal están en la enfermería, de la que acaba de salir el brasileño Danilo.

El año pasado, el Levante ya plantó cara al Madrid en su estadio. Dos goles de Bale acabaron desequilibrando el marcador, no tanto el duelo. Fue el de la lesión muscular de Camarasa, quien llegó a adueñarse del centro del campo, en una muestra de la mezcla de desenfado y disciplina táctica de la que los granotas deben hacer gala este sábado ante los de Benítez.

Solo una alegría se han llevado los de Orriols en el feudo madridista hasta ahora. Acumulan seis derrotas consecutivas desde aquel 0-1 de la 06/07, con un gol de Salva de penalti. Ese día, el resultado final provocó una bronca por parte de los seguidores del Madrid a su equipo; con Benítez ya cuestionado, el escenario podría repetirse de hacer lo propio con el resultado. Hace dos jornadas, el Málaga ya arañó un empate en el Bernabéu, con oportunidades incluso para haberse llevado los tres puntos.

Alcaraz tiene en su currículo su propia batalla ganada a los merengues. En febrero de 2013, en su estreno en el banquillo nazarí, el Granada derrotó por la mínima al equipo que entonces entrenaba Mourinho. «Un debut soñado», «un recuerdo bastante bonito», aseguraba entonces, cuando desgranaba las claves del éxito. Las mismas que está repitiendo estos días a sus jugadores, y que ya fueron determinantes para imponerse hace diez días al Villarreal: espíritu de trabajo, solidaridad, personalidad con el balón, acierto en el remate, convencimiento y los menores errores posibles.

«Ellos son mejores, tienen los mejores jugadores del mundo y nosotros luchamos con nuestras armas. Venimos de un gran resultado en casa y tenemos que ir con buena mentalidad», recordaba Casadesús. «Que pase lo que tenga que pasar pero que no sea porque no lo hemos intentado», decía también el balear, a modo de altavoz del sentimiento generalizado del equipo.