«Hemos tomado las decisión de prescindir de los servicios de Lucas Alcaraz y en las próximas horas comunicaremos las personas que toman la dirección del cuerpo técnico». Quico Catalán oficializaba cerca de las 23:30 la segunda destitución de su etapa como presidente -la primera había sido la de Mendilibar hace un año- y daba así por finalizada la espera. El granadino tenía las horas contadas desde mediodía, cuando la Real Sociedad había ganado y sonrojado al Levante con un 0-4 inesperado a priori. «Manolo Salvador me ha transmitido una información suficiente como para reunir al Consejo para tomar una decisión. Pero antes de este partido el pensamiento de Manolo no tenía nada que ver con lo que ha sucedido», defendía el máximo mandatario a la conclusión del gabinete de crisis, en el que el director deportivo había razonado personalmente su apuesta por el inmediato relevo en el banquillo del conjunto granota.

Como Quico desveló posteriormente, la reunión se había dilatado en el tiempo una hora -había comenzado a las ocho de la tarde y superó las tres de duración en total- ante la imposibilidad para contactar personalmente con Alcaraz. Al final, se optó por transmitirle la decisión por correo electrónico; posteriormente, cuando su forzado adiós ya era público, Lucas devolvería la llamada para comunicar al presidente que se daba por enterado formalmente. Este lunes está prevista una cita entre ambas partes, con el agente del granadino incluido, para negociar el finiquito; el técnico tiene contrato hasta final de curso por valor de 700 mil euros.

Han sido múltiples los ofrecimientos recibidos durante en las últimas horas en el club, que todavía no se ha lanzado a por el sustituto. Este debutaría el sábado en el Derbi de Mestalla, aunque a cortísimo plazo, en el entrenamiento de este lunes, quien ejercerá será Miguel Ángel Villafaina. El preparador del filial ya actuó como puente durante un día entre Mendilibar y Lucas Alcaraz el curso pasado. Quique Setién, uno de los mejor valorados por la dirección deportiva, se cayó de las quinielas a principios de semana con su fichaje por Las Palmas, en sustitución de Paco Herrera.

El Levante suma seis puntos en nueve jornadas y comparte el farolillo rojo con el Granada y el conjunto canario. Lucas es el segundo entrenador que cae en lo que va de Liga BBVA, después del anteriormente citado, a pesar de haber salido airoso de un primer ultimátum hace tres semanas. La victoria ante el Villarreal le había permitido recuperar crédito, aunque de antemano dos derrotas ante Real y Valencia se presuponían ya determinantes su destitución. La derrota y la triste imagen ofrecida (sobre en la primera mitad) ayer por el Levante agotó la paciencia de aficionados y club con el granadino.

A la conclusión del partido, Quico reconocía en privado que había que «analizar muchas cosas» pero dejaba la decisión en manos de Manolo y se negaba a adoptar la misma en caliente.Ya por la tarde, valorada la situación del equipo con calma, reuniría al Consejo de urgencia para certificar el despido. «Me dedico a trabajar, a vivir la profesión y, a partir de ahí, es lo único en lo que me ocupo a diario», había defendido el granadino en la rueda de prensa posterior al 0-4 frente a los vascos: «Me veo con fuerzas para sacar adelante al equipo, por el día a día, el potencial que tenemos y porque estoy acostumbrado a situaciones similares». Pero Lucas es historia granota; ya se busca a su sucesor.