«El Levante acierta de pleno» con el fichaje de Rubi, defendía en la noche del martes Braulio Vázquez en Esports 97-Nit de La 97.7 Radio. Si por el gallego hubiera sido, el nuevo entrenador granota se hubiera sentado ya en 2013 en el banquillo de Mestalla. No precisamente en el visitante, donde se producirá su debut en Liga BBVA y como azulgrana, sino en el reservado para el equipo de casa: el entonces director deportivo del Valencia apostaba por el catalán para sustituir a Miroslav Djukic, con el que los blanquinegros habían firmado un pobre arranque de temporada. Solo las reticencias a firmar a alguien sin experiencia en la máxima categoría de Amadeo Salvo, en aquella época presidente, impedirían el aterrizaje del de Vilassar de Mar en el vecino, al que finalmente entrenaría Pizzi.

Fue a la segunda cuando Braulio pudo cumplir sus deseos y contratar a Rubi: se lo llevó hace un año al Valladolid con la misión de luchar por el ascenso en la Liga Adelante, en cuya promoción acabarían cayendo los pucelanos. Más aun le había costado cazar al nuevo técnico granota a Tito Vilanova, quien había necesitado una tercera intentona para incorporarle a su equipo de trabajo. En el verano de 2013, después de su sobresaliente campaña al frente del Girona, Tito lo había captado para su cuerpo técnico en el primer equipo del Barça, donde aun estaba cuando llegó el interés de los valencianistas.

La primera vez que Vilanova había tenido poder de decisión en un club, como director deportivo del Figueres en 2004, ya había pensado en Rubi para el banquillo.Lo volvería a hacer nada más ser elegido como sustituto de Guardiola en el conjunto culé, ocho años después; el de Vilassar no lo hizo entonces pero sí que aceptaría doce meses más tarde, después de haber debutado con éxito en Liga Adelante como quería. Desgraciadamente, el difundo entrenador apenas pudo disfrutar 22 días de la compañía de Rubi, por quien también se había llegado a interesar Pep como compañero de viaje en el Bayern. Mientras Tito se apartaba de la actividad para luchar „en vano„ contra el cáncer, Rubi se quedó como ayudante del argentino ´Tata´ Martino.

«Aunque le gusta jugar con un 4-2-3-1 o un 4-3-3, lo que va a hacer es optimizar los recursos que tiene», asegura también Braulio. «ve todos los partidos de Primera y Segunda; es un enfermo del fútbol, un trabajador incansable. Es un gran técnico y una persona que merece la pena. Prepara cada semana al equipo para hacer daño al rival y dedica muchas horas a pelota parada», completa el director deportivo gallego, quien etiqueta al sucesor de Alcaraz en Orriols como un entrenador con el ´sello Barça´ «porque le gusta el buen trato de balón». Joan Francesc Ferrer, al que acompaña el apodo de Rubi desde la adolescencia por el color de pelo „diminutivo de ´rubito´„, se llevó a Valladolid como segundo a Jaume Torras, con el que se había reencontrado en el Camp Nou más de una década después de haber coincidido ambos como jugadores del Manlleu. El de Vilassar había colgado las botas con el cambio de milenio, después de patearse la Segunda B y Tercera de Catalunya como habilidoso mediapunta.