A mitad camino entre consejero y motivador, Rubi se despedía este martes de sus jugadores con un enérgico «Descansad y alimentaos bien, chavales, que mañana —por hoy— vamos a subir un peldaño más». El mensaje aludía a la carga de entrenamientos, ya que para este miércoles hay fijada una doble sesión, aunque tenía también un trasfondo más profundo: quiere acelerar el proceso de asimilación de ideas por parte de la plantilla. Se cumple una semana de su llegada al cargo, y una vez pagada la novatada en el Derbi, el catalán quiere iniciar la escalada granota en la clasificación ya el sábado ante el Deportivo.

En la búsqueda de su propósito, el nuevo entrenador está sacando tiempo antes y después de las sesiones para dar clases particulares a sus futbolistas. Los empezó a reunir ayer en su despacho, uno por uno, para hacerles ver en profundidad tanto cuál es su propuesta colectiva como qué quiere en cada caso en particular. Para ello cuenta con la ayuda de los videos y de la pizarra, toda vez que la semana pasada apenas dio unas primeras pinceladas para «no volver locos» al vestuario a poco más de 48 horas vista de la visita a Mestalla.

Uno de los primeros en asistir a las lecciones extra de Rubi fue Deyverson, a quien Alcaraz ya dedicaba un cuidado especial por su condición de novato en el fútbol español y su alocado juego. Antes de entrenar, el brasileño pasó por el particular diván del técnico. Este no solo le corrigió y reforzó ciertos movimientos con el video o la pizarra, sino que posteriormente insistió sobre el césped. Ya con la sesión concluida, ambos se quedaron a solas para comentar la puesta en escena del punta. La charla no llegó a cinco minutos, pero acabó con un sintomático: «Dey, si tienes alguna duda, no dudes en preguntar».

El de Vilassar de Mar aterrizó en Orriols con la aureola de técnico especialmente metódico y concienzudo en el trabajo táctico, a la que está haciendo gala en sus primeros pasos como granota. Sus jornadas en la Ciudad Deportiva —en compañía de su equipo de trabajo— son maratonianas, con el fin de recopilar y digerir toda la información del equipo y al tiempo analizar al próximo rival, en este caso el Depor. Sin embargo, las horas de trabajo acumuladas no restan vigor a sus instrucciones durante los entrenos. No para de gesticulizar, corregir y alentar a sus jugadores, de quienes quedó satisfecho a pesar de de la derrota el pasado sábado.