El Levante UD termina de hacer el fichaje más caro de su historia a instancias de Manolo Salvador, quien tan sólo unas semanas atrás propuso la destitución de Lucas Alcaraz y el fichaje de Rubi con el visto bueno del Consejo. Y es que, pese a acabar contrato el próximo junio y no tener todavía una oferta de renovación encima de la mesa, la confianza del club y en especial de Quico Catalán continúa siendo totalQuico Catalán incluso en estos momentos en los que el equipo es el farolillo de Primera.

Más allá de la existencia de voces críticas como la del consejero Víctor Martínez, que la hizo pública a través de una red social, Manolo sigue siendo con sus aciertos y errores el hombre clave en materia deportiva. «Claro que me siento reforzado, porque todo lo que le he comunicado al presidente se ha cumplido», dijo en El Murciélago.

«Mi mente sólo está en el día a día, en el mercado de enero, y a partir de ahí, a ver qué hace el Levante, el Consejo y yo. A día de hoy no me preocupa mi continuidad», aseguró Manolo. Sobre su desgaste en el cargo, ya que es el empleado más histórico del club, señaló que «tener más o menos batería lo dice la clasificación. Cuando vas mal tienes que aceptar las críticas y las acepto. Lo que desgasta es estar en una posición mala en la clasificación y eso influye. Queda toda una temporada y se tienen que cumplir los objetivos. Como presidente no me ofrecería la renovación siendo últimos. Ahora no es el momento».

Por contra, Manolo sí que reconoció que «si salimos de ahí, empezaríamos a hablar». El de Faura remarcó que está muy a gusto y que «todo lo que haga hasta el próximo 30 de junio será por el bien del Levante, pase lo que pase. Lo único que importa es mantener la categoría y trabajar por el Levante UD».