El Molinón es un estadio de infausto recuerdo para Roger Martí. El 28 de septiembre de 2014, su rodilla derecha se resquebrajó allí. Era prácticamente el inicio de su segunda cesión seguida, esta vez en Pucela, para coger el testigo de Javi Guerra. Desde el principio se ganó el puesto de ‘9’ en el esquema del ahora granota Rubi y además con goles ante el Racing y el Alcorcón, pero su inicio triunfal se truncó en Asturias. Pugnando por el balón con Lora, su progresión se frenó en seco en el minuto 31. La rotura del ligamento cruzado anterior de la pierna derecha le alejaba del fútbol durante seis meses y afrontaba un proceso de recuperación entre Valladolid y Orriols. «Tengo un mal recuerdo de aquella lesión. A pesar de que fue un palo muy duro y difícil, me sirvió para hacer borrón y cuenta nueva y formatearme, porque volví más fuerte», recuerda.

Poco más de un año después y también con galones de protagonista para el técnico de Vilassar de Mar, ya que ha sido titular en el Derbi y ante el Deportivo, vuelve al feudo asturiano más fuerte que nunca, sin heridas del pasado. «Es una de las peores lesiones del fútbol, pero todo está completamente olvidado», resalta con firmeza y esa dosis de madurez que ha adquirido en los dos años de préstamo y que le ha valido para ser a todos los efectos jugador de Primera. Algo tiene ganado con el preparador catalán, puesto que le dio los galones antes y después de su grave lesión en Gijón. Esta confianza también la está teniendo en la Liga BBVA.

Los números de Roger en El Molinón invitan a la esperanza porque no conoce la derrota. Mantener la condición de invicto sería un salto de dimensiones mayores porque supondría refrendar la mejoría después del relevo de entrenador y dar un golpe de efecto ante un rival directo por la permanencia. «Nunca he perdido allí. Con el Zaragoza ganamos, en Copa del Rey con el Valladolid también y luego empatamos en Liga», recuerda. El pistolero tiene ganas de estrenar su cuenta goleadora contra el Sporting y consolidar ese rol de protagonista que le ha dado el que fuera su míster en Valladolid: «Espero que el entrenador siga contando conmigo y poder quitarme esa espinita con un gol y con una victoria del equipo».

Roger persigue el gol que se le ha resistido en los 445 minutos que ha tenido (13 disparos, 7 entre palos). «Es importante tener ocasiones, aunque a los delanteros se les pide goles. Lo estoy rozando. Con la confianza que me está dando el míster seguro que llega pronto. Estoy con muchas ganas de devolverle la confianza que está depositando en mí», afirma el delantero.

Como su compañero y amigo Rubén García, Roger tiene claro que el domingo es el momento de sumar los primeros tres puntos de una tacada de la ‘era Rubi’. El ariete reclama a un Levante con identidad para afrontar un desafío que será complicado porque el Sporting se siente firme de local. «Queremos llevar el peso del partido, con personalidad como lo está planteando Rubi desde que ha venido. El equipo, pese a los resultados, ha dado un cambio muy importante. Necesitamos tres puntos para dar ese salto definitivo», manifiesta el ‘14’. «Será un partido disputado, de mucho físico. Somos dos equipos con mucha intensidad, que trabajan muy bien los partidos y que no dan nada por perdido», vaticina.