La presencia de Javi Vich y Nacho García en Gijón no es casual. Al avión se subieron tanto el Director de Gestión y Organización, como el Director Financiero, respectivamente, para conocer in situ todos los detalles del proceso de remodelación experimentado recientemente por El Molinón. Este, no en vano, se considera en el club como uno de los ejemplos a seguir con vistas a un futuro lavado de cara del Ciutat. Un proyecto en el que se lleva trabajando desde tiempo atrás, que también formaba parte de la hoja de ruta de Robert Sarver y que con la paulatina mejoría económica cada día se antoja más cercano.

Los emisarios del Levante recabarán información tanto de coste, como de gastos y procedimiento a seguir, en lo que a la parcelada reconstrucción de las gradas y reubicación de los hinchas se refiere. El estadio gijonés, inaugurado en 1908, fue remozado entre 2008 y 2011 (justo la última campaña del Sporting en Liga BBVA) para adecuar su imagen y sus condiciones a las necesidades actuales. Pasó de tener capacidad para 25.000 espectadores, los mismos que caben ahora en el coliseo de Orriols, a 30.000. Y además fue homologado con la categoría 3 por la UEFA. Entre las mejoras introducidas estaban el refuerzo de la estructura, la ampliación del fondo norte y una zona de la tribuna oeste, la sustitución de todos los asientos, la creación de nuevos vestuarios y zonas mixtas.

Sin el yugo económico que obligaba a pensar en la venta del Ciutat y la reubicación del estadio en otro lugar de València, con los beneficios de una recalificación del terreno de Orriols ya aprobada, el Levante aboga por aprovechar su privilegiado enclave y dar valor al actual estadio. Los estudios realizados exponen que una reforma siempre sería mucho menos costosa que la construcción de un nuevo campo, que en ningún caso bajaría de los 45-50 millones de euros de presupuesto. El ´nuevo´ Molinón, por ejemplo, no pasó de los 35.

Sarver, que incluso planteó comprar Mestalla, preveía destinar ocho millones para la mejora del Ciutat, aunque la cantidad de la futura inversión granota sería incluso mayor. Con esta se intentaría obtener después réditos económicos a través de la explotación de los bajos, ahora prácticamente inhábiles.