Al igual que hiciera Alcaraz a su llegada a Orriols hace un año, Rubi ha encontrado en la estrategia a su mejor aliada. A expensas de contar con más pegada en las acciones de juego, el equipo está plasmando la evolución experimentada con el catalán a través del balón parado. Cuatro tantos lleva el Levante desde el relevo en el banquillo, y todos ellos han sido directa o indirectamente fruto de la labor de laboratorio que realiza uno de los ayudantes del técnico, Xavi Gil. Sobre este, no en vano, recayó toda la responsabilidad del tramo final de la sesión de ayer, en la que se trabajaron los movimientos en faltas laterales y saques de esquina con vistas al duelo ante el Betis.

Feddal acentuaba a la vuelta de El Molinón el potencial que tiene la plantilla granota en el juego aéreo. A este, clave tanto en el primero como en el tercer tanto frente al Sporting, hay que sumarle la efectividad exhibida en los lanzamientos de falta. Verza y Camarasa, que se permitieron unos lanzamientos extra a la conclusión del entrenamiento desde fuera del área, han marcado frente a Celta y Deportivo con sendos golpes directos.

A esos dos tantos habría que sumar el de Zou el fin de semana, cuando empujó a la red un rechace tras la falta directa lanzada por Morales, y que, tras la parada de Cuéllar, había golpeado en el larguero. Ningún equipo de la Liga ha conseguido más de dos goles hasta ahora de falta, del mismo modo que solo el Eibar ha obtenido más réditos de la pizarra: los de Mendilibar acumulan seis dianas, por cinco de los azulgrana (la mitad de sus goles en el campeonato). El rival de esta noche, por contra, ha demostrado que no es un especialista en la materia: el Betis ha marcado apenas en un par de oportunidades a balón parado.

Si el 0-1 de Gijón no se contabiliza en la estrategia, a pesar de que nació en una segunda jugada de un córner, rematada por Navarro y después de Deyverson, sí que hay que incluir el 0-3. Fue otro córner, en este caso sacado por Rubén, que Feddal tocó y el brasileño remachó dentro del área pequeña.

Al margen del citado de Verza en el estreno liguero, en las nueve jornadas con Alcaraz solo otro gol surgió de la pizarra. El del honor en el Camp Nou, fruto de un saque lateral a la corta y el oportunismo de Víctor posterior para aprovechar una mala salida de Ter Stegen. En ciertos tramos del pasado curso, ya con el propio Lucas, el Levante se caracterizó más por recibir que por hacer goles de estrategia.

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