Escribe David Rodríguez en la crónica del partido contra el Betis, que Deyverson falló un fatídico gol a lo Cardeñosa y lo cierto es que ni le falta razón ni la comparación viene más al pelo estando el Betis de por medio.

Es cuestión de acudir al baúl de los recuerdos y sacar de él auténticos clásicos entre los que personalmente me quedo con aquel que tanto nos marcó a toda una generación: el gol de Abreu. Basta con cerrar los ojos y venirse a la memoria la voz del exagerado comentarista Marcelo Araujo cantando gloriosamente durante un River-San Lorenzo un gol que, como anoche el de Dey, jamás llegaría a marcarse. Deyverson, otro delantero de silueta tan espigada como la de aquel uruguayo, es un chaval especial. Con percha alocada pero un buen tipo según lo definen sus propios compañeros y en el club. Capaz de lo mejor y de lo peor, mortífero en el área, desacompasado fuera de ella y carne de misas del entrenador. Un buen pelotero al fin y al cabo que minutos después de su gazapo estampó otro balón en la madera, esta vez tras una acción de manual chutando de primeras. A día de hoy es sin duda uno de los jugadores más determinantes sino el que más, motivo por el que sus aciertos y errores pesan tanto.

Otra versión con claroscuros: partido de empate... y derrota

El gazapo de Deyverson mandando al larguero un disparo a puerta vacía con todo a favor marcó irremediablemente un partido que para Rubi era de empate pero en el que el Levante siempre estuvo más cerca de la derrota final. Después de lo de Gijón, lo cierto es que fue un palo en toda regla, aunque en el césped no se vio nada demasiado distinto a lo de anteriores jornadas. Para lo bueno y lo malo, defensivamente hay acciones en las que al equipo se le sigue haciendo bola, mientras que en ataque, noqueados por el espíritu de Abreu, la novedad fue la falta de concierto generando juego. Sin embargo, el equipo continúa enganchando con su nueva propuesta y la ovación cerrada pese a la derrota es francamente sintomática de ello.

Ninguna victoria aún en casa: otro black friday en el ciutat

Sólo una victoria en casa en lo que va de Liga es un balance tan pobre como peligroso. Y es que, sin ser alarmistas, es evidente que en Orriols no puede haber un Black Friday permanente para los rivales. Mejor si no se convierte en una tradición.

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