Pese a que el propio Rubi aseguró que su actuación no fue determinante, más allá de la injusta vara de medir que tuvo en el tiempo añadido, los jugadores del Levante terminaron muy quemados con Sánchez Martínez. "No se le podía ni hablar, aseguró Roger", víctima de un penalti en una jugada que había quedado invalidada por mano propia. También Pedro López cargó contra el árbitro: "No entiendo la actitud de algunos árbitros de mirar desafiante, de perdonar la vida. Su actitud ha sido rara". Sin embargo, la palma se la llevó Juanfran, expulsado desde el banquillo, según el acta, por proferir un improperio.