La Copa del Rey también tiene su aquel para el Levante, aunque es evidentemente en la Liga BBVA donde le va la vida. El torneo del KO se presenta el próximo jueves en el calendario como una oportunidad para los menos habituales para reivindicarse, y, al mismo tiempo, como una cuestión personal para los tres exespanyolistas que hay en nómina: Rubi y Xumetra —quienes coincidieron ya como entrenador y jugador en el ‘B’ hace una década— y sobre todo Zou Feddal. La carrera del central zurdo está desde bien pequeñito vinculada a los periquitos, que le hicieron «la cruz» a pesar de que era uno de los jugadores más proyección de su filial hace cuatro años.

El futbolista ofreció su versión a SUPER de lo sucedido en la recta final de aquella temporada 11/12. «Yo con Pochettino —entonces técnico del equipo catalán— estaba muy bien, pero tuvimos un pequeño roce. A mí me convocó la selección sub-23 de Marruecos para jugar la Copa África, no era fecha FIFA y salía de una distensión de ligamento que suponía estar un mes de baja. El club no me dejaba ir, pero yo soy un poco patriota, quiero a mi país como toda la gente quiere a su país, y no rechacé esa oportunidad. Me recuperé justo, hice el esfuerzo y acabé yendo a la Copa de África. Nos fue muy bien, llegamos a la final, nos clasificamos para las Olimpiadas de Londres y jugué, fui importante... pero cuando volví al club no me miraron más».

Hasta entonces, el hispanomarroquí no solo era fijo en el Espanyol B, donde compartía vestuario con su «hermano» Thievy —ahora en el Granada— sino que entrenaba asiduamente con la primera plantilla. En esta, Kiko Casilla y el exlevantinista Casilla eran sus principales apoyos. En febrero de 2012 llegó a ir convocado para un partido de Liga BBVA en San Mamés, lo que puso en bandeja su renovación y posterior ascenso definitivo a la elite, y más después de haber obtenido meses antes la doble nacionalidad. Poco después, sin embargo, se produciría el mencionado desencuentro. «Ahí ya tuve que irme y rescindí. Me pusieron la cruz. Incluso, cuando volví a Barcelona, nadie me preguntó cómo me fue por la Copa África. Ni se interesaron por mí», afirma el central, quien desde entonces no ha vuelto a cruzarse con el conjunto catalán.

Después de las olimpiadas, se encontró sin equipo y acabó volviendo a Marruecos. Allí, el FUS Rabat le ofreció el trampolín necesario para acabar un año más tarde fichando por el Parma, del que procedería el pasado verano a su llegada al Levante.

Zou, que aterrizó en el filial periquito en 2011 desde el San Roque de Lepe andaluz, había comenzado curiosamente a jugar en un modesto equipo de fútbol base de Figueres —donde había emigrado su familia desde su Tetuán natal—, gestionado por una peña del Espanyol. Se denominaba el Penya Blanc-i-Blava, y estaba afincado en la carretera que une la citada localidad gerundense con Francia; a partir de ahí, Feddal empezó a hacer kilómetros en categorías inferiores hasta que «el destino» le volvió a vestir de blanquiazul. Ha sido el Levante, eso sí, el que le ha brindado la oportunidad de debutar y triunfar en Liga BBVA, en la que ya ha marcado un gol: hace ocho días en El Molinón.

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