No solo para los delanteros del primer equipo cuecen habas. En el Atlético Levante, la impotencia personalizada es Álex García, quien firmó en verano para ejercer de referente ofensivo y se marchará en enero sin haber podido defender ese estatus. El asturiano, formado en la cantera del Sporting, donde era catalogado como el ´nuevo Guaje Villa´, pedirá la rescisión de su contrato (hasta 2017, con posibilidad de ampliación dos años más) salvo que su situación en el filial experimente un cambio radical a corto plazo. El de Piedras Blancas, de 21 años, apenas ha disfrutado de 35 minutos en competición oficial, hace dos semanas en La Pobla de Mafumet, a pesar de la carestía de goles que sufren los de Villafaina.

Álex, que recaló en el ´B´ tras rescindir su contrato con el conjunto rojiblanco a finales de julio, y haber descartado su incorporación al Marítimo de Funchal luso, tuvo que realizar una pretemporada específica para ponerse al mismo nivel físico que sus compañeros. En su única titularidad, en un amistoso en Algemesí a mediados de septiembre, anotó su primer tanto y se postuló como artillero. Sin embargo, poco después sufriría una rotura fibrilar en el gemelo durante un entrenamiento, a consecuencia de un choque con un compañero, y permanecería prácticamente dos meses en el dique seco.

De alta desde mediados de noviembre, solo ha sido convocado por Villafaina para el citado duelo en tierras tarraconenses. Allí entró en la segunda parte en sustitución de Matías y el filial acabó perdiendo. El detonante de su decisión de cambiar de aires es su descarte técnico del pasado fin de semana, a pesar de la lesión de Juan Delgado (´9´ titular habitual) y con el juvenil Joel por delante de él.

En el currículo de Álex García sobresale su condición de máximo goleador juvenil de España en 2012, cuando solo tenía 17 años. Entonces hizo 36 goles con el Sporting, más que el madridista Raúl de Tomás y el canario Ayoze Pérez, fichado el año pasado por el Newcastle por tres milones de euros.