Rubi fue quien le castigó y Rubi ha sido quien le ha redimido. Camarasa empieza de cero, como si nada hubiera pasado en el Calderón, después de haber tenido una respuesta «perfecta, de diez», en los últimos días. Lo explicaba este jueves el técnico, quien delante de sus compañeros había utilizado ese mismo discurso a la vuelta del partido contra el Atlético. Señalado en este con su cambio, un cuarto de hora después de haber entrado al campo, su reacción fue objeto de felicitación por parte del de Vilassar de Mar en la charla grupal del lunes.

«No ha habido problema para mí. El jugador se enfada porque nadie quiere que lo cambien, pero también estoy yo enfadado porque acabo de encajar un gol», explicó ayer el entrenador, quien quiso dejar claro que «no se perdió por Camarasa» el domingo. Su sustitución por Roger, aunque cargaba de culpas al de Meliana por la acción del tanto de Thomas, insistió Rubi que tenía una explicación principalmente táctica: «Verza y Lerma lo estaban haciendo muy bien y quería pasar a jugar con dos puntas».

Al catalán le ha sorprendido gratamente la motivación y predisposición al trabajo mostrada por el internacional sub-21 a lo largo de la semana, a pesar del palo recibido en el Calderón. Seguramente, esa fuera la reacción que buscaba, tanto en Víctor como en el resto, cuando puso el ejemplo de lo sucedido el pasado domingo para subrayar que los errores de cometa cualquier futbolista de ahora en adelante van a sancionarse del mismo modo.

Contra los colchoneros, Camarasa se vio relegado a la suplencia por primera vez en las nueve jornadas de Liga BBVA disputadas desde la llegada al banquillo de Rubi. Este había depositado toda su confianza en el centrocampista, quien a base de minutos y rendimiento se había incluso reabierto las puertas de la Rojita. Sin embargo, la revolución en el once del pasado domingo —en busca de un revulsivo— le apartó de la titularidad.

La buena puesta en escena colectiva del último encuentro, reconocida públicamente por el de Vilassar de Mar, podría sentar por segunda semana consecutiva en el banquillo al internacional sub-21. Rubi además recupera a Simao Mate, sancionado en el Calderón, y también fijo en sus esquemas; el mozambiqueño recuperaría su puesto en detrimento de José Mari, quien allí se lesionó en los isquiotibiales y deberá permanecer 10 semanas de baja.

Fue a partir de enero, curiosamente, cuando Camarasa alzó definitivamente el vuelo la pasada temporada, después de que Mendilibar le hubiera dado protagonismo en el arranque y Alcaraz le relegase a un rol secundario a su llegada. El canterano pidió al club que le diera carta blanca para irse cedido hasta junio, pero con su fútbol se acabó ganando la confianza del granadino y se adueñó del centro del campo granota. Una lesión muscular en Madrid, aunque en este caso el Bernabéu, en marzo, le mantendría un mes en el dique seco y frenaría entonces su progresión.