Surrealista situación la que se vive en estos momentos en el banquillo del Real Madrid tras la llegada de Zinedine Zidane. El francés, que ya generó polémica al entrenar al Castilla sin tener el carné de entrenador, lleva como segundo a David Bettoni, que tampoco tiene licencia de técnico, y que tiene que ser inscrito como encargado de material para poder sentarse en el banquillo. No puede, eso sí, dar órdenes a sus futbolistas como hizo en el debut de Zidane contra el Depor, algo que le provocó un toque de atención, ya que «únicamente el entrenador, entendiéndose como tal al que se encuentre en posesión de licencia de primer o segundo entrenador, tendrá la facultad de levantarse a dar instrucciones a su equipo», según reza el reglamento.

Ante este panorama, el Real Madrid había dejado huérfano el hueco de segundo entrenador en el acta en los dos primeros partidos de Zidane, pero ante el Betis colocó ahí al preparador de porteros, el exgranota Luis Llopis, y que sí que tiene licencia para ejercer. Una situación surrealista que lo sería más todavía si un día Zidane es expulsado, ya que sin el francés sobre el terreno de juego el único que podría dar instrucciones a los futbolistas sería un preparador de porteros sin experiencia en los banquillos.

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