En agosto de 2013, el Sevilla decidió pasar por caja y cerrar el traspaso de Vicente Iborra. Ahora está haciendo un seguimiento a Jefferson LermaJefferson Lerma, con el propio Emery ‘in situ’ en el Levante-Las Palmas del pasado lunes, desde el palco VIP del Ciutat . Y este pasado verano, Monchi, director deportivo hispalense, tuvo señalado en rojo el nombre de Morales para relevar al ahora barcelonista Aleix Vidal. Sobre el campo son perfiles calcados: extremos polivalentes, con minutos también de ‘2’, aunque más el tarraconense. Este interés, como así trasladó en más de una ocasión a sus hombres de confianza de la secretaría técnica, tenía varias aristas por pulir. Como sucede ahora con Lerma, el Sevilla estaba haciendo un análisis detallado de la evolución del madrileño, condicionado a que el Levante ejecutara o no la opción de ampliación unilateral de su contrato. Dado ese paso, su libertad aumentaba de los seis millones de euros previos, a la ‘tarifa base’ de los jugadores-franquicia: los 10 ‘kilos’. Con este incremento y el precedente de la negociación por Iborra, Monchi era consciente de que echar el resto por Morales obligaba a desembolsar la cláusula integra o casi en su totalidad. Eso le hizo dar un paso atrás y también la edad (ahora 28), que reducía las opciones de un hipotético traspaso futuro.

El Levante apuró hasta los últimos días del pasado mes de mayo para dar luz verde a la continuidad de Morales por tres temporadas más una cuarta opcional. Con el cambio subió de escalón salarial, ya que era uno de los futbolistas peor pagados. Una mejora económica que se ganó en el terreno de juego. Como buen ‘currante’, el reconocimiento le ha costado lo suyo. Mucho sudor y también muchos kilómetros; hasta 345, más que ningún otro compañero, ha hecho en su tardío debut en Liga BBVA, el 30 de agosto de 2014 en el 3-0 en contra en San Mamés. Tanto corrió que acabó alcanzando el título de ‘revelación’ para Alcaraz y sobre todo un contrato al nivel de su aportación.

Su buena temporada y la indefinición en la que estaba llamaron la atención de varios clubes de Primera, además del Sevilla, próximo rival liguero, y también del extranjero, que se interesaron por su situación, sabedores de que el panorama era totalmente opuesto si quedaba libre. En esas coordenadas, el ‘11’ se perfilaba como una de las peritas en dulce del mercado. Una circunstancia que evidentemente no pasó desapercibida en el Ciutat, donde desde el primer momento tenían claro que era una de las piedras angulares de presente y futuro. Y él, encantado de asumir esta responsabilidad. «Estoy muy contento, no puedo pedir más. Esta confianza de los próximos años la voy a trasladar en el campo, como lo he venido haciendo hasta ahora», afirmó tras su ampliación contractual. Morales, que jugó en seis posiciones diferentes, terminó el curso pasado como mejor asistente junto a Ivanschitz e Iván, además de su aportación goleadora contra el Eibar, su exequipo, Espanyol y el golazo en el Derbi de Orriols al Valencia, solamente superado por Barral, recién fichado por el Granada, Víctor Casadesús y Kalu Uche.

El polivalente madrileño, ahora letal como interior zurdo, recaló en el Levante en el verano de 2011 para vincularse al filial procedente del Fuenlabrada. Después de defender al ‘B’ en Tercera y en la categoría de Bronce, y tras participar en la promoción de ascenso a Segunda, con presencia en los dos enfrentamientos ante el filial del Athletic, se marchó cedido al Eibar, donde fue clave para el ascenso a la Liga BBVA. En Ipurua se confirmó como uno de los futbolistas más incisivos de la categoría y ahora en el Levante, en Primera, está ratificando sus cualidades y despertando intereses.