24 años, brasileños y provocadores... cada uno a su manera. Deyverson contra Neymar. Para el Levante, ´Brincadeira´ es una ruleta rusa. Ángel y demonio. Un futbolista que desestabiliza para bien y para mal. «La pena es que se le haya quedado esa imagen, ese cartel, cuando no tiene nada que ver con lo que es él en realidad. Se descentra un partido sí y uno no», considera Rubi.

La referencia granota reaparecerá tras cumplir sanción en el Pizjuán, con el propósito de no volver a meter la pata. «Voy a cambiar», promete. Su regreso será en un cara a cara «que todo el mundo quiere jugar» y ante un delantero al que admira. «Me gustaba el Santos de Neymar y en Brasil tuve un gran amigo que me comparaba con él. Desde ahí me encantaba y ahora tengo el privilegio de jugar contra él. Es un motivo de alegría», manifiesta sobre su paisano. Son dos jugadores con locuras, salvando las distancias, con unas cuantas amarillas menos para el culé. «Neymar también es un jugador muy provocador. Muchos rivales quieren ´matarlo´, pero no lo consiguen, porque es muy rápido, muy ágil», añade.

Las excentricidades de Deyverson han dado alegrías y cabreos casi a partes iguales. El ´20´ granota entona el ´mea culpa´ y es consciente de que en estas 16 finales debe estar centrado, aunque le cueste, porque es un seguro en los metros finales como había demostrado desde el último estirón de orejas público de Rubi, traducido en tres partidos seguidos marcando (Rayo Vallecano, Celta y Las Palmas) hasta la expulsión contra los canarios en la prolongación. «Soy un jugador que siempre está luchando, que busca lo mejor para los compañeros, para el equipo, pero que ve amarillas que son por tonterías y por eso me siento mal, pero voy a cambiar, con la ayuda de mi entrenador, de mis compañeros, de los más allegados como Simao o Zou. Intento mejorar para no comprometer al equipo ni una vez más. Eso de tener muchas tarjetas complica las cosas. La gente sabe que no lo hago por hacer mal, que me exijo mucho para dar alegrías a la grada, que está luchando por el equipo. A veces me cuesta intentar cambiar estar tonterías», argumenta ´Dey´.

Ahora vuelve al primer plano, espera que lo que ha sucedido no le pase más factura y que el Ciutat, a quien tiene cautivado pese a sus locuras, lo vea como «un chico que quiere crecer, que ha evolucionado y que peleará al máximo para que el Levante salga de abajo». «Soy una persona que presiona, que tiene el apoyo de los seguidores, que quiere demostrar que está luchando por el equipo. No soy un ángel, porque nadie es perfecto, y espero que la gente no me vea como una mala persona sino como a un chico que quiere crecer y evolucionar en el mundo del fútbol y, sobre todo y lo más importante, que el Levante consiga la permanencia y a final acabe siendo un ángel», insiste.

Sin duda que no hay mejor partido para cumplir el propósito de enmienda. Deyverson no se asusta, no mira el DNI de los que forman un equipazo que vienen de hacerle un 7-0 al Valencia y considera que el Levante, pese a la diferencia abismal, puede encontrar esos detalles que permitan hacer historia. «Es un partido que todo el mundo quiere jugar. Delante hay un grandísimo equipo, con enormes jugadores como Messi, que es el mejor del mundo, pero no tenemos que entrar en el campo pensando en ellos, en que nos enfrentamos a Messi, Luis Suárez, Piqué, Neymar o Mascherano, sino en que es posible darles un susto. Jugamos en casa y tenemos a nuestros aficionados y familiares que nos están apoyando, dando fuerza, luchando junto a nosotros», argumenta el brasileño.

Rubi quiere robarle el balón al Barcelona, obligarle a pensar y buscar soluciones. En esa apuesta hay cabida en ataque para Deyverson, Rossi y Morales, los jugadores más en forma en estos momentos. El ariete agradece las muestras de cariño que recibe. Con más o menos minutos, lo que persigue es que el Levante escape de esta situación crítica. «He visto muchos comentarios en Twitter, en Facebook o por Internet de gente que quiere que juegue yo, Rossi o Morales. Lo más importante es que el Levante salga del precipicio. Todos juntos lo vamos a conseguir», concluye el ´20´.