Durante la hora de espera que tuvieron que aguantar los 114 aficionados antes de emprender el camino de vuelta a València en autocar, en la zona visitante de Ipurua se vivió otro momento de fricción con Ghilas. Los que no fueron titulares hicieron un extra tras la dura derrota, algo habitual, y el argelino, de nuevo dando otra exhibición de indolencia en el tiempo que tuvo (fue el tercer cambio, entró en el minuto 79 por Giuseppe Rossi), reaccionó de mala manera ante los reproches de una afición asqueada con él. Si en el Ciutat es una evidencia, desde hace mucho tiempo, que no hay química, ayer el encontronazo fue sonado. El delantero respondió a los reproches con pulgar arriba y riéndose, dirigiendo su mirada a los que le criticaban, como si le diera igual y con signos de provocación.
Que Rubi siguiera dándole minutos después de la movida ante el Barcelona caldeó todavía más los ánimos. Eso y el ostracismo alrededor de la figura de Cuero. Los seguidores no entienden las constantes oportunidades que tiene Ghilas o Xumetra y que por contra, el colombiano, titular en sus dos primeros partidos, haya tenido apenas unos ratos. Ante los de Mendilibar se volvió sin aparecer en escena.
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