El millar de levantinistas desplazados este domingo por la mañana a Vila-real no han visto recompensado su esfuerzo ni en forma de saludo de los jugadores, que en más de un caso se han dirigido directamente a los vestuarios a la conclusión del partido sin antes acercarse hasta el fondo de El Madrigal donde está situada la grada visitante. Varios han sido los que han hecho oídos sordos al insistente recordatorio del delegado, Andrés Garcerá, y han pasado de la afición después de la dolorosa derrota cosechada ante los locales previamente.

Los seguidores han respondido con desagrado al feo recibido por parte de los futbolistas, que en no más de media docena han querido devolver el respaldo recibido durante el partido personalmente. Ya en Eibar, en el anterior desplazamiento, Ghilas tuvo un rifirrafe con los hinchas granotas allí presentesGhilas después de otro KO sonrojante.

También te puede interesar:

Ghilas tuvo un encontronazo con los aficionados