"Otro año, con 21 puntos estaríamos muertos", reconoce el de Barona, quien se muestra seguro de que "si llegamos a las cuatro o cinco últimas jornadas a tres o cuatro puntos, nos salvaremos". Habla de la "autocrítica" del grupo, del «punto de inflexión" que supuso el empate de Anoeta y de su situación personal. ¿Retirada? No sin antes darse "una última alegría".

Dos meses y medio después, el domingo en Anoeta volvió a tener minutos. ¿Qué cuerpo se le quedó?

Me volví a casa con muchas ganas de más. Llevaba casi dos meses lesionado, más algún descarte técnico, y tuve minutos otra vez en el momento clave de la temporada. Me hizo mucha ilusión lo que me transmitieron mis compañeros al saltar al campo; aunque fuera solo para siete minutos, me encantó los gestos que tuvieron y lo contentos que se les veía de que estuviera a su lado de nuevo.

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A nivel colectivo, sin duda, ilusión no es la palabra que define la situación actual.

No, todo lo contrario. Las palabras claves deben ser trabajo, responsabilidad y compromiso.

Y preocupación, ¿no?

Evidentemente. Pero a ver cómo lo explico: Tenemos 21 puntos y lo normal es que a estas alturas no contáramos ya ni con la más mínima oportunidad de seguir en Primera la próxima temporada. Sin embargo, el fútbol nos está mandando oportunidades cada siete días, en forma de ‘vamos, que sí, que podéis’.

Pero ya son muchas las ocasiones desperdiciadas. En cualquier momento, ese mensaje puede ser un ‘vamos, que ya no podéis’.

Está claro que si no empezamos a ganar nos distanciaremos. Pero, del mismo modo, pienso que si llegamos a las cuatro o cinco últimas jornadas a tres o cuatro puntos de distancia, el equipo se va a salvar. A pesar de haber tenido un año malo, estoy convencido de que vamos a tener la salvación en la mano.

Hace un año ya se vieron con el agua al cuello y al final lograron el objetivo. Este la cosa está todavía más complicada.

Sí, mucho más, porque el año pasado no estuvimos nunca tan alejados de la permanencia. Aún así, estoy convencido de nuestras opciones. Y no solo yo, sino todo el vestuario. Más que nunca, después del punto que logramos ante la Real. Después de dos o tres salidas en las que el equipo no había puntuado y había dejado sensaciones malas, puntuar en el campo de la Real, que estaba en un buen momento, debe suponer el dichoso punto de inflexión. En el Derbi, en ese sentido, va a ser clave. Que estemos a seis puntos no significa que estemos descendidos. Quien nos dé por muertos se puede acabar llevando un buen susto.

La temporada pasada por estas fechas empataron in extremis y entre protestas ante el Espanyol y ese resultado a la postre sería determinante. ¿Ve paralelismos entre aquello y lo del pasado sábado?

Ojalá. Mi perspectiva ahora es que nos queda una final, no diez; hay que pensar en el domingo y ya luego en el siguiente partido. No nos podemos poner a pensar en lo que hemos hecho, porque no sirve para nada, sería perder el tiempo. Lo ideal sería tener siete o ocho puntos más, pero la realidad es que tenemos 21 y que hay que centrarse en el próximo partido. La salvación será posible en la medida en que nos la creamos.

Y en la medida en que la peleen. En lo que a usted respecta, con Toño lesionado y Orbán prácticamente descartado por la ‘cláusula del miedo’ en su cesión, puede tener la oportunidad de hacerlo como titular.

El míster tendrá que valorar muchas cosas, no sé si jugaré. Lo que está claro es que va a ser un partido muy significativo, y que jugando en casa no se puede escapar.

Ni ese ni casi ninguno. Necesitan todavía muchos puntos y además les espera un buen número de duelos directos a vida o muerte.

Lo que me tranquiliza, si se puede decir así, es que contra los equipos de nuestra liga la media de puntos que hemos conseguido ha sido muy alta en relación al total de puntos que tenemos. No va a ser fácil, y con 21 puntos menos, pero en el cuerpo a cuerpo hemos demostrado ser muy capitanes.

En los últimos meses, con Pedro, Víctor y usted fuera de circulación, compañeros como Simao o Verza han ejercido la capitanía sobre el césped junto a Navarro. Verza, por ejemplo, ha mandado varios mensajes públicos reclamando portería a cero o más actitud en ciertos partidos al equipo. ¿Qué le parecieron?

Lo comparto por completo. Es muy positivo aceptar y ver las cosas que has hecho mal. Las críticas constructivas son buenas; cuando Verza dijo eso, todos pensábamos igual que él. Hacía falta autocrítica y creo se ha hecho. Llevamos una temporada en la que estamos todos los partidos en la misma situación, ahí abajo, y lo único bueno que tiene eso es que ahora estamos preparados. No nos pilla por sorpresa la presión y el sufrimiento que supone estar en descenso.

Hablemos de la dichosa portería a cero, que tanto les cuesta mantener. A alguien como usted, defensa y acostumbrado al Levante rocoso de años anteriores, le sentarán a cuerno quemado los goles que encajan a la salida de córners a favor o en contras muy claras.

Son cosas que me chocan, claro. Pero cada entrenador tiene sus ideas y nosotros vamos a muerte con él —Rubi—, porque si él las defiende es porque cree que son las mejores para el equipo.

Hemos hablado del Derbi pero todavía no del rival. ¿Qué Valencia espera en el Ciutat?

No voy a perder el tiempo pensando en el Valencia. Bastantes preocupaciones tenemos nosotros para pensar si ellos llegarán cansados o no, si estarán pensando en la Europa League o si pasan o no por un buen momento. Tenemos que pensar las 24 horas en lo que vamos a hacer. En ganar, vamos.

¿Qué ha hecho mal el equipo en las últimas semanas para provocar la desconexión con la afición?

Ellos han estado con nosotros hasta las dos últimas salidas, las de Eibar y Vila-real, en las que ha habido un descontento con nosotros. Y seguramente sea justificado…

En el vestuario se justificó el ‘feo’ a quienes se desplazaron a El Madrigal, a los que no todos fueron a saludar al final del partido, en los ‘oes’ o el ‘Xumetra, selección’ de los minutos finales…

Mire. Esto es única y exclusivamente culpa nuestra, así de claro. La afición no tiene absolutamente ninguna culpa. Para que la gente anime, nosotros le tenemos que dar algo. Si la gente sabe que nos estamos jugando muchas cosas y no estamos a la altura… Lo único que la gente pide es que mueras por la camiseta,que corras, que te machaques, que tengas compromiso. Y eso se lo tienes que dar, que es lo que en algunos partidos no hemos hecho. Así que tenemos que aceptar las críticas.

Usted, como levantinista de cuna que es, ¿hubiera protestado de estar en la grada como aficionado?

No hubiera acabado contento pero, quizá, sabiendo la situación del equipo, no lo hubiera hecho de la forma en que lo hicieron.

Volvamos a las malditas matemáticas. ¿Ha hecho ya los cálculos? ¿Cuántas victorias cree que les hacen falta en estas diez últimas jornadas para salvarse? ¿Cinco? ¿Seis?

No lo he pensado ni me quiero poner. El objetivo tiene que ser estar ahí a tiro después de un año malo, depender de nosotros mismos en las últimas jornadas. Lo que no podríamos perdonarnos es llegar con opciones a los cuatro o cinco últimas partidos. Es lo mínimo.

Aunque hablar de dos encadenar dos victorias por primera vez resulta quimérico cuando aún no tienen la primera…

Hay que enganchar victoria tras victoria en lo que queda de temporada. Es normal perder contra Madrid, Sevilla o Barcelona, que no aceptable, pero ahora que han pasado, casi todos los partidos son equipos de nuestra liga y ahí es donde hay que salvarse. Aunque lo que me preocupa, insisto, es solo el del domingo

Juanfran ha defendido en muchas oportunidades en años previos que los equipos que saben a lo que juegan, se salvan. ¿Ese es su caso?

El partido de Anoeta supuso un punto de inflexión, incluido para el cuerpo técnico. El equipo se dio cuenta de lo que estaba jugándose, de que cada partido hay que mantener la portería a cero y crecer desde ahí; de manera más o menos vistosa, pero lo importante es ganar. Ese punto nos va a venir muy bien.

Después de tres años jugando prácticamente siempre de central, y a punto de cumplir 40 años, ¿no le dio cierto vértigo tener que volver a su posición original, lateral zurdo, con el desgaste que esta conlleva?

La motivación que puede tener un jugador de mi edad, de estar al menos en las variantes del míster, es más fuerte que cualquier otra cosa. No tuve miedo el domingo ni lo tendré si tengo que jugar ahí contra el Valencia. Estoy entrenando como el que más.

Por cierto, enhorabuena. Es ya el jugador valenciano más veterano en la historia de la Liga y el décimo en total, junto a mitos como Di Stéfano, César Rodríguez…

Si con la edad que tengo no bato ningún récord (bromea). A la gente le puede parecer fácil; puede pensar que no estoy jugando porque ‘no estoy’, pero si no tengo minutos es por lesión o porque seguramente haya mejores jugadores que yo para ocupar el puesto. Pero Juanfran está todos los días al pie del cañón, en entrenamientos y en partidos, ayudando. No jugar no significa que no sirva para nada.

A este equipo se le achaca falta de personalidad desde tiempo atrás. Se recuerda la ausencia de Ballesteros, no la suya, por ejemplo.

Yo no puedo entrar a debatir sobre eso. La gente tiene algo de razón en lo que dice, porque hace unos años éramos muchos jugadores de la casa, valencianos y también veteranos de fuera que rendían al máximo… Pero eso no significa que ahora no haya gente que tire del carro. Y no lo digo solo por mí, aunque estoy seguro que si me siento a tomar café con muchos de los que son críticos conmigo, les cambio la opinión que tienen con hechos, no con palabras.

¿Usted se siente valorado?

¿Por el levantinismo?

(silencio) Quiero pensar que sí. Lo digo con el corazón. Con hechos, no con palabras, ganaría el debate. Vine aquí hace seis años, con el equipo en Segunda y un proyecto recién iniciado y pensado simplemente para mantenerse, en pleno concurso. Parecía que íbamos a pasar muchas penurias, y tanto yo como otros, que no se malinterprete, apostamos por el club, en mi caso por mi club, al que venía a ver desde pequeño, y hemos estado seis años en Primera. Algo que nadie, y ni mucho menos jugar uno en Europa… ¿Ahora qué pasa? Tienes un año malo y ya no sirves, te tienes que retirar. Porqué no nos acordamos de lo que se ha hecho y se ha conseguido. Cuando iban bien las cosas, me pedían que siguiera… Me siento valorado y mucho, y evidentemente no le puedo gustar a todo el mundo, pero considero injustas ciertas valoraciones. Estas se deben hacer por toda una carrera.

¿Se arrepiente de no haberse retirado uno de los últimos veranos?

Para mí hubiera sido más fácil hacerlo. Haberlo dejado a final de la pasada temporada, con el equipo salvado y yo jugando el último tramo de competición. El hecho de renovar con el Levante es un compromiso, el mismo que cuando firmé hace seis años con el equipo en Segunda. Y más grande aún cuando he firmado año tras años, cuando uno siente, y sabe, que el proyecto está en peligro todos los años. Pero asumí ese riesgo. Podría haber dicho que no, habiendo cumplido mi sueño. Podría haberme ido por la puerta grande con el Levante, pero no me arrepiento de nada. Ojalá nos salvemos, porque creo que no me merecería otra cosa.

Esas palabras suenan a retirada. Si el equipo se salva, ¿será el momento para colgar las botas en paz? ¿Si así lo tiene pensado, cambiaría de opinión en caso de descenso?

A mí me quita el sueño esta situación, vengo pensando en ella desde hace dos o tres meses. No me merecería otra cosa que dejar al Levante en Primera, como persona, y también como jugador. He descendido dos veces con dos equipazos, como Celta y Zaragoza, pero el dolor sería mucho mayor en este caso. El fútbol me tiene que dar esta última alegría, especialmemte por mis compañeros; no está siendo un año nada fácil en el vestuario.