Rubi insistió en que el equipo está "implicado" y lamentó un nuevo golpe de infortunio cuando el punto estaba prácticamente en el zurrón contra el Deportivo. El técnico catalán recalcó que el equipo que se venga abajo psicológicamente terminará "bajando a Segunda División". "Estamos a cuatro puntos de la salvación, hace dos semanas a seis, y dejando sensaciones de un equipo implicado, con todo el mundo metido en la competición. Estamos fastidiados porque merecíamos el punto. El que baje psicológicamente descenderá a Segunda División", destacó el de Vilassar de Mar. Evidentemente, Rubi reconoció que el vestuario está "muy dolido", pero no queda otra que pasar página y pensar en el Sporting, próximo rival tras el parón: "Ahora es un momento en el que todo el mundo está caliente, muy dolido, porque hemos trabajado muchísimo. Tenemos quince días y cuando juguemos ante el Sporting, esta derrota estará ya olvidada. Si hubiéramos sacado algo diríamos que el parón nos viene mal. No hay que darle más vueltas, en un mes y quince días esto se ha acabado. Hay que preparar el tramo final del Liga lo mejor posible".

Del transcurso del partido, Rubi ensalzó la reacción del equipo tras el descanso y reconoció que "faltó fuelle". "El Deportivo salió intenso, los primeros minutos nuestros fueron malos, nos pudimos reponer y a ellos les costaba. Hubo poca cosa en la primera parte, la nuestra de Morales y encajamos al final de una primera parte igualada. Salimos muy bien en la segunda, no nos vinimos abajo y el Deportivo arreó al final, apretó mucho y sufrimos, pero tampoco veía claro el gol. Nos faltó fuelle para llegar al área gallega", radiografió el técnico, que negó que al Levante le faltará ambición. "No guardamos el resultado, fuimos a por el partido. Nos faltó un pelín de calidad en jugadas cuando llegábamos al área. Los mensajes eran de ir a por la victoria y no pudimos aguantar el punto. Es una pena, incomodamos a nuestro rival, con alguna ocasión menos que ellos", concluyó.