Los jugadores de Rubi están unidos antes de la recta final de una temporada con el objetivo de la salvación todavía posible. Por ello, el vestuario se reunió para comer el pasado jueves en el restaurante Brassa de Mar, en un ambiente distendido y con el objetivo de seguir haciendo grupo antes de una semana que resultará clave para los objetivos del Levante.

A la comida en el Brassa de Mar asistieron todos los integrantes de la plantilla exceptuando los internacionales. Allí, los jugadores demostraron que el ambiente es el idóneo para encarar las últimas ocho jornadas de un calendario positivo para el equipo.

El cuadro granota, actualmente en la última posición de la tabla, tiene también que echar abajo una dinámica negativa para los últimos clasificados a falta de ocho partidos para la conclusión de la temporada. El equipo tiene que romper con las estadísticas que aseguran que el conjunto que llega a la jornada 30 como colista no tiene prácticamente opciones de seguir en Primera la próxima temporada.

El precedente más optimista para el Levante está en la campaña 2008-2009, cuando el Espanyol de Pochettino, último a estas alturas con veintiséis puntos, acabó décimo con 47 puntos. Los de Rubi, con 24 puntos, necesitarían alrededor de 14 para lograr el objetivo.