Pese a la condición de colista del Levante, a cuatro puntos de la permanencia faltando ocho jornadas, son varios los futbolistas de la primera plantilla que se han revalorizado esta temporada y que con contrato en vigor podrían ser carne de traspaso en verano. Y es que, con independencia finalmente de la categoría en la que se milite, en Orriols están al día de los primeros cantos de sirena. Agentes e intermediarios han empezado ya a dejarse caer interesándose por los planes a futuro, lo cual choca con la incertidumbre existente en un club en el que todo está supeditándose a los resultados y a la posibilidad de ceder a las presiones y convertir a Manolo Salvador, que acaba contrato, en cabeza de turco de un hipotético descenso.

El silencio administrativo impera, por más que por boca de Quico Catalán se haya reforzado públicamente tanto al propio director deportivo como a Rubi, lo que se traduce en un compás de espera a nivel de proyecto. Sin la obligación de vender en caso de conseguir la permanencia, la idea pasaría en condiciones normales por fortalecer la plantilla manteniendo a los mejores activos y reinvirtiendo parte de los 40 millones de televisión que se cobrarían. En caso de descenso, sin embargo, la incógnita sería mayor.

Pese a que a excepción de los fichados en enero sólo hay un jugador que quedaría libre, los sueldos del resto se reducirían a la mitad y el club tendría que decidir si rehace el plantel para acondicionarlo a la nueva categoría o si mantiene el esqueleto. Dos maneras diferentes de buscar el ascenso por la vía rápida, ya que el plan pasaría por ascender el primer año aprovechando el colchón del fondo de garantía (unos 10 millones) y la posibilidad de hacer caja con alguna venta. En este sentido, uno de los futbolistas cuyo cartel ha empezado a cotizar más alto es el de Deyverson, comprado por 1,8 millones y cuya cláusula de rescisión es de 25.

Comprador, no vendedor

Al margen del brasileño, lo cierto es que como mínimo hay siete futbolistas en el punto de mira de otros clubes, tanto nacionales como extranjeros, desde los canteranos Iván López al internacional Camarasa pasando por Zou Feddal, Morales, Lerma, Simao o un Cuero que conserva el cartel con el que emigró de Argentina pese a las escasas oportunidades que está dándole Rubi.

Pese a esta realidad, lo cierto es que el pasado fue el primer verano desde la ley concursal sin ventas al coincidir con el momento en el que el Levante se dispuso a convertirse en un club comprador con operaciones como Deyverson, Trujillo o más tarde Cuero sin contar la cesión de Rossi o la opción de quedarse a Lerma, sin duda una de las principales revelaciones de la temporada.