Rafael Martins no ha dicho su última palabra con el Levante. Máximo goleador del Moreirense, el brasileño tiene una temporada más de contrato y sobre la mesa está la posibilidad de que la cumpla a pesar del handicap de su condición de extracomunitario „el cupo está cubierto con Lerma, Cuero y Deyverson, a menos que alguno abandonara la plantilla„ y la incertidumbre sobre la categoría en la que militará el equipo. La otra alternativa que tampoco puede descartarse es venderlo, otro escenario muy posible y más aún después de haber descartado ya ofertas como los tres millones que ofreció su actual equipo el pasado invierno o la que no llegó a concretarse procedente de China. Precisamente del mercado asiático habló ayer Rafael en una jugosa entrevista en el diario Record en la que dijo que «rechacé marcharme a China para asegurar la permanencia». Según explica, «tuve la posibilidad de irme a China, pero después de tener conocimiento de lo que pasaba, hablé con el presidente del Moreirense y le dije que ni vine al club por dinero ni lo dejaría por dinero. No tenemos la permanencia asegurada y le dije que me quedaría hasta el final, un gesto de gratitud por haberme abierto las puertas del fútbol portugués».

En Orriols estaban a la expectativa de los acontecimientos por una propuesta que no llegó a cristalizar pese al interés que varios conjuntos trasladaron al club a través de intermediarios. Y es que tanto a nivel deportivo como económico sigue habiendo fe en un jugador que, eso sí, aún tiene que demostrar su valía en una gran Liga pese a los goles que está marcando en Portugal: «Mucha gente me dijo que era dar un paso atrás, pero no, ya dije que estaba dando uno al lado para dar otro adelante. Fue la elección correcta. Me siento como en casa, pero tengo un año más de contrato con el Levante y tengo que presentarme allí». Sobre su primer año como levantinista, dice que «tuve una primera época en la que sufrí lesiones que me perjudicaron y no jugué. Es un sueño mío jugar en la Liga con los mejores jugadores del mundo».

Sondeado por el Eibar de Mendilibar, el Levante rechazó a principios de año una oferta de tres millones del Moreirense, al que ya en verano se negó la opción de incluir una opción de compra en la cesión. Rafael tiene contrato hasta junio de 2017 y, a punto de cumplir 27 años, su cláusula de rescisión es de 15 millones. De un hipotético traspaso, eso sí, le pertenecería el 50 por ciento, tal y como se reservó tras comprar su libertad al Audax brasileño. Pese a que curiosamente Rubi lo quiso para el Valladolid, el brasileño volvió a Portugal a finales de agosto, con dos jornadas ya disputadas. Una lesión frenó su progresión al principio después de su debut con gol en casa del Benfica, pero desde su recuperación es fijo en las alineaciones y ha marcado en todas las competiciones oficiales: Liga, Copa de Portugal y Copa de la Liga. Nada que ver con sus problemas en Orriols cuando tras un accidentado aterrizaje dos lesiones musculares y una única diana lo remataron.