Detrás del percance de la cola de astrágalo y el edema óseo, hay una fractura limpia de tibia, que no requiere intervención quirúrgica, pero que le deja prácticamente fuera de lo que queda de temporada. Esa es la verdadera lesión de Toño. Junto a Miguel Ángel Buil, jefe de los servicios médicos del Levante, este se marchó días atrás a la clínica de Ramón Cugat en Barcelona para tener una segunda valoración porque el dolor no menguaba. Incluso en un entrenamiento, al margen del grupo con el recuperador Félix Vicente, vio las estrellas cuando golpeó el balón y no aguantó más. De las dos o tres semanas iniciales, la recuperación real pasó a unas ocho.

Toño se resiste a tirar la toalla, a que su último partido de la temporada sea el del pasado 6 de marzo en San Sebastián. De hecho, este martes Rubi ha asegurado que podría reincorporarse la próxima semana al grupo, con tres partidos por delante. En Anoeta, a siete minutos del final, y entre lágrimas y los aplausos de la afición realista, se marchó en la camilla móvil. Todavía en las entrañas del estadio, la primera exploración marcó que el lateral sufría un esguince en el tobillo derecho y que el parte médico posterior determinaría el alcance exacto. La resonancia magnética advirtió que Toño sufría el síndrome de la cola de astrágalo, provocado por un fuerte choque óseo con Granero; un dictamen clínico relativamente frecuente en el mundo del fútbol, en la región del talón, que prácticamente había quedado definido en el chárter de vuelta a València.

El tiempo marcado inicialmente era de unas tres semanas de baja y eso suponía que se perdería los encuentros en Riazor (19 de marzo) y en casa ante el Sporting (4 de abril). Solamente dos jornadas porque entre ambas hubo descanso por los compromisos internacionales amistosos de la absoluta ante Italia y Rumanía. El ´3´ hizo todo lo posible para poder estar disponible para la cita en el Ciutat ante el Sporting (0-0), incluso estaba decidido a infiltrarse, pero fue imposible porque el problema era mayor.

Inédito desde que se lesionó en San Sebastián, Toño ha dejado un vacío en el lateral que está cubriendo Juanfran con nota. Pero en la final del jueves en Granada, no estará ni uno ni otro, porque el capitán es baja por ciclo de tarjetas. Rubi tendrá que variar el costado zurdo por obligación. Orbán, el otro lateral puro, se presenta como la opción más lógica. Si el de Vilassar de Mar rehusa la posibilidad del argentino, dos son los que aparecen como alternativas: Feddal, que durante su carrera ya ha actuado en esta posición, aunque no de granota, y Pedro López, que cambiaría de banda y dejaría el ´2´ a Lerma.