El desastre de Granada tuvo consecuencias: desde la revolución en el once a los pitos de la afición a la salida de los jugadores y cuando se escucharon sus nombres en la megafonía. El único que se salvaba de la quema era Cuero. El que se llevó la bronca más sonada fue Rubi. Pagaron los platos rotos los que menos se lo merecían, pero el 5-1 escoció demasiado. Orbán se quedó fuera de la lista, Simao Mate se autoexpulsó, pero además de sus relevos (Juanfran y Lerma), Navarro, Verdú, Verza y Deyverson también fueron castigados por la afrenta en Los Cármenes. Un inicio crispado y desquician, un 2-0 ilusionante y un desenlace dramático y que entierra definitivamente cualquier posibilidad de gesta. Ya no es una cuestión de cábalas, el equipo no cumplió y eso que el encuentro estaba saliendo rodado hasta que temblaron las piernas en la prolongación. Un fin de ciclo y de la peor manera posible.

El Ciutat quería ver a Cuero y al colombiano se aferró para que el encuentro no fuese un concierto de pitos. En su primera arrancada, a los cinco minutos, Orriols empezó a aplaudir y a comprobar que todavía había vida. En ese proceso de adaptación, Rubi entendió que era el momento de devolverle a la titularidad; algo que no pasaba desde el 4-3 en Balaídos. El Athletic asumió el control y jugaba con la ansiedad del Levante. Sin balón, tocaba ser más práctico, comprometido e intenso para aferrarse a la vida. Muniain sintió esa implicación de inmediato cada vez que Pedro López le salió a su paso. En ataque, todos buscaban a Cuero, con ganas de ser el líder del milagro de los milagros. Los pitos del inicio activaron al equipo, que sí que mostró esa implicación que brilló por su ausencia en Granada. Atrás fue una versión solidaria y en ataque, efectivos: primer remate a puerta y 1-0. Lerma vio el agujero entre los centrales, Casadesús le comió la tostada a San José y definió con paciencia ante Iraizoz, que salió a la desesperada. El gol no cambió el guión, ya con 'Levante Fans' en la grada, que como señal de protesta entró con el encuentro empezado, con una pancarta recordando el despropósito de Granada.

Cuero era el factor diferencial. Por momentos demasiado atropellado, pero defendiendo, dejándose el alma como nunca. La recta final de la primera parte del ex de Banfield fue pletórica. Mereció marcar. Iraizoz lo evitó en dos ocasiones: la primera a bocajarro después de una genialidad de Rossi y la insistencia de Morales, y la segunda en un remate cruzado a banda cambiada que repelió con apuros el guardameta rojiblanco. Antes, en un minuto, Balenziaga en un área y Pedro López en la otra salvaron bajo palos a sus equipos. También la tuvo Camarasa con un pase de la muerte que no encontró rematador. La posesión era del Athletic (32 por 68) y la ocasiones granotas.

'Levante Fans' sí animó en una segunda parte que empezó con susto en una indecisión dentro del área que Borja Viguera desaprovechó. Los granotas se estiraron y generaron más peligro en ataque. El árbitro le birló el 2-0 a Rossi, que no estaba en fuera de juego. Sí Casadesús, pero el balear no interfería en la jugada. El error le dio vida al Athletic, que dio un pase adelante y emergió la figura de Mariño para lucirse ante Borja Viguera. Valverde se desesperó, hizo dos cambios y movió hasta cinco posiciones para buscar la reacción. El Levante perdió energía, los vascos enseñaron los dientes y las llegadas al área de Mariño se multiplicaron. Los movimientos de Rubi no gustaron ni un pelo al Ciutat. El cambio de Cuero generó una nueva lluvia de improperios para el técnico catalán. No hay química con él, incluso algún aficionado pidió a Quico Catalán su cabeza. 'Burro, burro', retumbaba en un estadio con más de 15.000 espectadores.

Deyverson también fue pitado cuando entró en el campo. El que parecía que sentenciaba la final era Rossi, el que constantemente cambia Rubi. El italiano sacó la varita mágica para sonrojar a los leones. En el minuto 66, en un palmo de terreno, pisó la línea de fondo, ejecutó un centro pasado que cayó en las botas de Pedro López, que engatilló y obligó a Iraizoz a lucirse. 'Beppe' no se conformó con el detallazo y se inventó un contragolpe mayúsculo que entre Camarasa, Morales y en última instancia Etxeita en propia puerta se tradujo en el 2-0. El Athletic no se podía escapar de la telaraña granota. ¿Cómo es posible esta bipolaridad? Pudo llegar el 3-0 en un 3 contra 1, pero Morales, agotado, no vio a Rossi ni Deyverson. Y Mariño siguió a los suyo: otra vez providencial para despejar un cabezazo de Etxeita y salir a los pies de Susaeta. Pero la desgracia se cebó con el Levante y de la esperanza se pasó al desastre, al descenso: Susaeta se aprovechó de una encadenación de errores y San José, con todo el equipo asustado, reventó la ilusión en la prolongación.

Levante: Mariño, Pedro López, Medjani, Feddal, Juanfran, Lerma, Camarasa, Cuero (Verdú, 62'), Morales (Rubén García, 78'), Rossi y Víctor Casadesús (Deyverson, 65').

Athletic: Gorka Iraizoz, Eneko Bóveda, San José, Etxeita, Balenziaga, Iturraspe (Susaeta, 54'), Beñat, Muniain (Elustondo, 69'), Williams, Raúl García y Viguera (Lekue, 54').

Goles: 1-0, m. 13: Víctor Casadesús; 2-0, m. 68: Etxeita (p.p); 2-1, m. 88: Susaeta; 2-2, m. 91: San José.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a los locales Lerma y Juanfran; y al visitante Balenziaga.

Estadio: Ciutat de Valencia, ante 15.263 espectadores.