En lugar de aliviar, la derrota del Granada en Balaídos hace más sangre. Porque sin haberla merecido, por su rendimiento a lo largo del curso, el Levante se encontró el domingo con una última bala ante el Athletic y la desaprovechó lastimosamente: en casa, con 2-0 a favor y solo cinco minutos por disputarse. Fue el «resultado más cruel» para Rubi en su carrera como entrenador y, sobre todo, la guinda para el pastel de pifias que él y los suyos han cocinado en los últimos meses. De sumar los tres puntos, los granotas habrían abandonado el farolillo rojo y se habrían quedado a dos puntos de la zona de permanencia „que marcan los nazaríes, con 33„ con tres jornadas por jugarse.

En El Madrigal o el Nuevo Los Cármenes, los de Orriols hicieron el ridículo y en ningún momento tuvieron opciones reales de puntuar. Sin embargo, más dañinos incluso han sido regalos o faenas incompletas como la del domingo. En total se han quedado por el camino once puntos, que permitirían al Levante afrontar la recta final de la Liga BBVA salvado de antemano, no al borde del descenso matemático.

La sangría comenzó ya en Mestalla, en el debut de Rubi en el banquillo. Cornellà le daría continuidad cuatro jornadas después, en el último encuentro a domicilio en el que los granotas han sido capaces de adelantarse en el marcador. Y así hasta llegar a ocho partidos desperdiciados: la mayoría lejos del Ciutat y cuatro de los seis últimos.

El estropicio ante el Athletic que impidió aprovechar una jornada muy propicia para los intereses granotas en la lucha por la salvación. Perdieron cuatro de los otros seis implicados en la pelea (Espanyol, Rayo, el citado Granada y el Sporting) y el otro, el Getafe, empató.

El Levante podría consumar la tragedia el próximo lunes. Si pierde, un triunfo nazarí y un empate del Rayo bastaría para que descendiera matemáticamente. Si empata en Málaga, independientemente de los otros implicados, el Granada y los vallecanos tendrían que ganar para bajar a los de Rubi. Con una victoria, los azulgrana seguirían con vida; en el mejor de los casos, se quedarían a un punto y hasta dependerían de sí mismos para salvarse „si Getafe, Sporting y Rayo perdiesen„ por la visita a Vallecas del cierre liguero.