Puntuar o perder y esperar que el Olímpic no gane al Barcelona B en La Murta o que L’Hospitalet pierda en casa ante el Alcoyano. Esas son las cuentas del Atlético Levante para evitar el ‘play-out’ de descenso a Tercera División. Este panorama se hubiera firmado a finales de febrero después de tocar fondo con la derrota en Buñol ante el Badalona. Aquel 1-2 precipitó el relevo en el banquillo, el adiós de Villafaina tras once años en las categorías inferiores de Orriols y el fichaje de Aparicio, un experto en Segunda B, pero sin haber llevado las riendas de un filial hasta ahora. «Vine aquí pensando que iba a salvar al equipo. Llevo al Levante dentro por mi pasado (en la temporada 91/92 dirigió al primer equipo en la categoría de bronce). Es un club que admiro, sobre todo su mejoría de entonces a ahora. Solamente me planteo mantener la categoría», manifestó el técnico de Enguera sobre su futuro en la sala de prensa de Buñol tras el 2-2 de la pasada jornada ante L’Hospi. Desde su llegada, ni una derrota en nueve jornadas, con tres victorias (todas fuera de casa ante Valencia Mestalla, Eldense y Cornellà) y seis empates (Sabadell, Baleares, Olímpic, Pobla de Mafumet, Espanyol B y L’Hospitalet). «El signo del Levante es el sufrimiento, pero salvaremos la categoría en Olot. Solamente pienso en lo que puedo controlar», añadió el veterano míster azulgrana sobre una última jornada con deberes todavía por hacer.

De las 80 posibles combinaciones de resultados que pueden haber entre envites que influyen en la pelea por salvar la categoría, al Atlético Levante le valen 51 resultados para asegurar la salvación y 29 le harían caer en ‘play-out’. El descenso directo se evitó la semana pasada con el empate ante L’Hospitalet, también metido en el jaleo. Hay un 64 por ciento de posibilidades de permanecer directamente y un 36 de caer en el puesto de promoción de descenso. Al Olot del exgranota Reverter le hace falta una carambola tremenda para no ser equipo de Tercera. También los de Orriols se juegan su vida deportiva, pero sin duda que ese nerviosismo que pasó factura hace seis días, con un sinfín de pérdidas y un penalti evitable, pesará bastante más en las piernas del conjunto catalán. Fuera de Buñol, el planteamiento no es el mismo. En casa, al filial le cuesta un mundo construir y atacar, pero cuando tiene que asentarse en el campo, no mostrar fisuras y esperar, su rendimiento se multiplica.

En la expedición que ayer partió desde el Ciutat pasadas las 14:30 horas viajaron los 18 disponibles, por lo que dos no se vestirán. En la enfermería están Manu Miquel, Cote, Artabe y Colau. Los cuatro, además de algunos miembros del cuerpo técnico de Aparicio que no se desplazaron en el autocar oficial, de la secretaría técnica del filial y también de escuela, partirán este domingo a Olot por carretera para compartir con el resto 90 minutos y pico que sufrimiento, pero ojalá que con alegría final. El interrogante en el que debe ser último once del curso está en la medular. Asentado Ribelles, de los mejores en la recta final, Valiente podría sentar a Pepelu.

La alineación indebida del Olot

Además de lo que hay en juego, en Olot también existe una sensación de revancha por lo que sucedió en la primera vuelta, con el despiste catalán que el Levante cazó. La RFEF admitió la reclamación granota por la alineación indebida de Djak Traoré al no aparecer en la relación de jugadores titulares o suplentes entregada al árbitro e inscritos en el acta del encuentro. El 2-2 en el terreno de juego pasó a 3-0 por el desliz catalán. El Olot ha hecho un llamamiento para que el Municipal esté lleno. Para este domingo, Castillejo tendrá las bajas de los lesionados Bonet y Luismi.