Para la elección del nuevo entrenador, Tito va a utilizar la misma fórmula que el club empleó para su nombramiento. Un cara a cara con el relevo de Rubi para conocer sus inquietudes, para saber lo que pretende, para transmitirle las líneas maestras del Levante 16/17 y para dar respuesta a todas las dudas que le puedan surgir para afrontar un proyecto con tanta obligación por la decepción del curso recién finalizado. En esa reconstrucción deportiva, el nuevo director deportivo también está haciendo su particular proceso de selección, rellenando las casillas de las distintas cualidades que estima primordiales para eligir al mejor posible.

El perfil lo tiene claro y su preferido también, pero le tendrá que convencer en «una entrevista muy personal». «Quiero a alguien que conozca la categoría, que sepa manejar un vestuario, que comparta valores, tanto humanos como deportivos, como los que tengo yo. Al final es un conglomerado de factores y en ultima instancia habrá una entrevista muy personal en la que me tendrá que convencer que con lo que va a tener en el vestuario le va a sacar a esos jugadores mucho rendimiento para que compitan. Tengo un perfil algo definido, pero no toda esa influencia es del toque de La Masía, sino de muchos clubes donde he participado. La Segunda División requiere de futbolistas muy competitivos, jugadores completos. El objetivo es buscar competitividad», expuso a SUPER.

Tito persigue para el Levante, tanto en la figura del entrenador, como en los que conformen la plantilla definitiva por el ascenso, los valores de los que se empapó como jugador en el vestuario del ascenso con Manolo Preciado. Que cada uno tenga su rol y que todos sumen, independientemente del número de minutos. Competitividad, compromiso y mucho trabajo son las tres aristas del engranaje que está elaborando el relevo de Manolo Salvador en el primero de los tres años que tiene firmados, con el entrenador como la decisión más trascendental. Sergi Barjuán y Luis García parten con ventaja en esa carrera por el banquillo. También Asier Garitano, el primer técnico por el que Tito apostó en el proyecto de Sesiones AFE, tiene ese compendio de cualidades que ansía y no es un impedimento que esté todavía en competición con el Leganés „al que el jueves vio por televisión ante el Oviedo„, con muchísimas opciones además de catapultarlo a la máxima categoría y que además con contrato en vigor.

Rubi, que ya es pasado, tenía bastantes de las cualidades del perfil que rastrea, pero el fracaso todavía reciente y el panorama tremendamente viciado que se generó alrededor de su figura, le dejaron fuera del casting, aunque Tito, en su rueda de prensa de presentación, le diera algo de vidilla. La decisión la tenía clara, pero quería comunicársela antes al de Vilassar de Mar, como así sucedió, con la presencia también de Quico Catalán, a primera hora de la mañana jueves. «De esa lista que yo tengo de entrenadores con perfiles que me gustarían, es uno de los que me habría sentado con él, pero hay una serie de circunstancias que me hicieron valorar que no era conveniente. No puedo pensar solamente en el ahora, sino anticiparme a lo que puede pasar luego, y era algo de presión añadida. Las indicaciones eran que sería mejor no empezar con Rubi y por eso esa duda y así se lo hice entender o al menos transmitir, puntualiza Tito, que fue compañero de vestuario de Rubi en la temporada 1997/98 en el Terrassa, en Segunda División, y compartió muchos momentos en su paso en La Masía con Jaume Torras, el ya exsegundo. En ese proceso de resetear, falta la decisión más importante, que Tito espera dar luz verde en pocos días.