Queda una semana para el inicio de la pretemporada con las pruebas médicas y el atasco en estos momentos con la clásica ‘operación salida’ de todos los veranos marca la planificación de la nueva plantilla. Salvo sorpresa, Muñiz tendrá a partir del próximo lunes a varios de los futbolistas que sobre el papel siguen teniendo la puerta abierta, incluidos dos los cuatro extranjeros: Lerma, Cuero, Deyverson y Rafael. A expensas de reducir como mínimo a la mitad ese cupo, lo cierto es que las únicas despedidas por ahora han sido las de los jugadores que el próximo viernes 1 de julio no tendrán contrato en vigor. Y es que, a la postre, una de las primeras decisiones del tándem formado por Tito y Carmelo del Pozo ha sido no renovar a ninguno. Finalmente ni siquiera dos veteranos como Juanfran y Navarro han pasado un corte en el que previamente se habían quedado los cedidos Rossi, Orbán y Ghilas además de José Mari, Xumetra, Medjani y Verdú. En total, contando que Zou Feddal también queda libre con el descenso, son 10 miembros de la plantilla que certificaba su descenso en La Rosaleda.

Curiosamente la primera salida en consumarse podría ser la de un jugador como Mariño que en principio se presumía fijo para el proyecto del ascenso. Las posturas con el Sporting de Gijón están bastante próximas como para que a lo largo incluso de esta semana se consume el traspaso. El portero, aun así, no es el único jugador por el que han llegado ofertas al Ciutat, pese a que a diferencia de lo ocurrido con la del Sporting por ahora ninguna ha colmado las expectativas. Son los casos de la del Eibar por Morales o la del Deportivo por Toño, entre otras. Respecto a Simao Mate, en la órbita del Panathinaikos, tampoco ha habido novedad, por lo que pese a haber trasladado su voluntad de cambiar de aires de momento va a tener que reincorporarse. El mozambiqueño, con una temporada más de contrato, es uno de los casos más peculiares en la plantilla. Deportivamente encajaría perfectamente, pero el objetivo es hacer caja con él y de paso cerrar así la herida del expediente disciplinario.

En el peor de los casos, salvo los extracomunitarios, los ‘descartes’ podrían quedarse, ya que no existe problema en asumir sus fichas. El hecho de que los técnicos estén pendientes de encontrar acomodo a varios jugadores ha afectado directamente a otras operaciones. Es el caso de Molina, que más allá de las diferencias económicas estaba en la nevera a la espera de desprenderse de algún delantero. Y algo similar ocurre con otras posiciones, sobre todo con la de mediapunta, donde la incertidumbre estaría en el futuro de Casadesús.

Buscando centrales libres

Con las únicas caras nuevas de los repescados Roger y Jason más la del canterano Traver y los chavales de Buñol que Tito promocione, de lo que no hay duda es de que en el capítulo de entradas la necesidad de centrales es lo más urgente. Tras renunciar a Guitián, la búsqueda se centra en candidatos con la carta de libertad. En principio la idea con la que se está trabajando es la de hacer un mínimo de cinco fichajes.