Víctor Camarasa se ha negado este jueves a entrenarse con el resto de sus compañeros en Buñol. El canterano ha hablado al principio del entrenamiento con Muñiz y después se ha decidido que se marchara a otro campo para ejercitarse en solitario. Con el trasfondo de las negociaciones para su traspaso al Espanyol, se trata de una medida de presión que Quico Catalán y Tito le han afeado públicamente durante la presentación de Kiko Remiro y Róber Suárez. Continúa, de esta manera, la escalada de tensión después del dardo lanzado el pasado martes por el director deportivo, quien le instó a decir públicamente que quiere marcharse. Tanto el club como la parte del jugador sienten un profundo malestar la una con la otra. Mientras que en la misma rueda de prensa Tito dijo respecto a Rubén Martínez, al que se ha facilitado su rescisión por cuestiones personales, que no iba a obligar a estar en la plantilla a ningún jugador en contra de su voluntad, su mensaje hacia el internacional sub-21 ha sido diametralmente distinto.

"He comunicado al club cuál ha sido la situación. No soy la persona adecuada en cuanto a las medidas disciplinarias. Simplemente he trasladado lo que ha ocurrido en la Ciudad Deportiva", ha explicado Tito, que aun así no ha descartado continuar adelante con las negociaciones: "Claro que estamos abiertos. Lo de esta mañana personalmente me duele porque todavía tengo ese gen de futbolista y después de la charla que he tenido con Víctor, al que considero un buen chico, puedo entender que se equivoque pero veamos en el futuro. Le he recomendado que se comporte como un buen profesional, pero hay cosas que no deben cruzarse. Él tiene que demostrar que es un profesional y luego pueden ocurrir muchas cosas. Todo pasa porque el Levante salga beneficiado. Si no, no se pueden tomar decisiones unilaterales y ha tomado la menos conveniente para él como futbolista".

También Quico Catalán, que la pasada temporada tuvo que lidiar, por un lado, con el acto de indisciplina de Trujillo, y con los de Simao, Deyverson y Feddal por otro, ha sido rotundo al respecto: "Es una actitud que no podemos aceptar y por tanto vamos a analizar la situación. El director deportivo y el míster han hablado con él, también con sus agentes. Es un acto de indisciplina para todo el mundo. Ahora están comiendo todos en la Ciudad Deportiva, tienen una nueva sesión esta tarde y a ver cómo responde. No vamos a ser flexibles, se le ha trasladado que se equivoca, que es una actitud no profesional y lógicamente el club va a analizar la situación, no vamos a mirar hacia otro lado". El presidente, además, también ha enviado un mensaje velado al Espanyol: "Al Levante le interesa que la gente del vestuario esté involucrada y sea profesional. Somos futbolistas profesionales, hay unos contratos y yo no voy a cambiar mi posición por ninguna medida de presión. Hay cauces normales y cauces no normales, por los normales se puede llegar a puntos de encuentro, ahora mismo no tenemos ninguna oferta por escrito por Camarasa, puede ser que la tengamos en las próximas horas, es muy difícil que Víctor Camarasa pueda salir traspasado por las conversaciones que hemos tenido y eso no va a cambiar, tenemos unos activos y actitudes de estas no van a cambiar para que el Levante malvenda a un jugador. Hay otros mecanismos. En las próximas horas, espero que ciertas actitudes cambien porque si no no benefician en nada".